viernes, 22 de mayo de 2009

El vaso con agua

Un conferencista hablaba sobre el manejo de la tensión. Levantó un vaso con agua y preguntó al auditorio:

- ¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso con agua?

Las respuestas variaron entre veinte y quinientos gramos.

Entonces el conferencista comentó:
- No importa el peso absoluto. Depende de cuánto tiempo voy a sostenerlo. Si lo sostengo por un minuto, no pesa nada. Si lo sostengo durante una hora, tendré un dolor en mi brazo. Si lo sostengo durante un día completo, tendrán que llamar una ambulancia. Y es exactamente el mismo peso, pero cuanto más tiempo paso sosteniéndolo , más pesado se va volviendo.

Y concluyó:
- Si cargamos nuestros pesos todo el tiempo, más pronto o más tarde, ya no seremos capaces de continuar, la carga se irá volviendo cada vez más pesada. Lo que tienes que hacer es dejar el vaso en algún lugar y descansar un poco antes de sostenerlo nuevamente. Tienes que dejar la carga de lado periódicamente, ¡De la forma que sea! Es reconfortante y te vuelve capaz de continuar. Entonces, antes de que vuelvas esta noche a tu casa, deja afuera el peso, en un rincón. No lo Cargues hasta tu casa. Mañana podrás recogerlo otra vez, al salir.

Una bella mujer

  • Para tener unos labios atractivos, dí siempre palabras amables.
  • Para tener ojos adorables, mira siempre las cosas buenas de la gente.
  • Para una figura esbelta, comparte tu comida con los que padecen de hambre.
  • Para tener un pelo lindo, permite que un niño pase sus deditos por él, por lo menos una vez al día.
  • Para mantener la elegancia, camina con la certeza de que nunca estás sola.
  • La gente, más que las cosas, tiene derecho a ser reestablecida, revivida, reivindicada y redimida. Nunca rechaces ni deseches a nadie.

Recuerda, si necesitas una mano amiga, la encontrarás en el extremo de cada uno de tus brazos.

Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos manos: una para ayudarte a tí misma y la otra para ayudar a los demás.

La belleza de una mujer no está en su figura, en la ropa que viste o en la forma como se peina. La belleza de una mujer tiene que ser vista en sus ojos, por que son la puerta de su alma, el lugar donde habita el amor.

La belleza de una mujer no está en la moda superficial. La verdadera belleza de una mujer se refleja en su alma. En la bondad con la que da amor y en la pasión que demuestra.

La belleza de una mujer crece con el pasar de los años.

Tu puedes ser feliz

…”Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un soldado menos….“ Cuando me marché de mi casa, niño aún, tenía siete años, mi madre me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida y, el segundo, la libertad para vivirla.”…”Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo…Esto lo aprendí de mi madre, que fue la primera buena noticia que recibí.

Se llamaba Sara y la elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija. Nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo, llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón, es decir! se dedicó a vivir, y no le quedó tiempo para otra cosa. De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo le puedes decir basta a la mujer que ya no te gusta, al hombre que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste porque la vida es aquí y ahora mismo…

Nacemos para vivir, y la herramienta para vivir es el Amor, que nos lleva a comprender lo que nos rodea, y sólo en armonía es posible vivenciar, sentir la vida, que es difícil hasta que comprendes que hay una sola religión, el amor, un solo lenguaje, el del corazón, una sola raza, la Humanidad, un solo Dios, y está en todas partes….

Facundo Cabral

Atraemos lo que tenemos


Como las cosas que más amamos y más tememos tienden a ocupar nuestros pensamientos gran parte del tiempo, atraemos justamente esas cosas. ¿Alguna vez has echado a perder completamente una nueva muda de ropa la primera vez que te la pusiste? Justo cuando pensabas: «No quiero ensuciar esta camisa nueva tan bonita», y tu bolígrafo empezaba a chorrear tinta dentro del bolsillo superior.

¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir: «En los últimos doce años que tuve mi viejo auto no le hice ni un raspón; pero en cuanto me entregaron mi primer auto nuevo, me empezaron a chocar».

Incluso si decimos «no quiero que pase tal cosa», gravitaremos justamente a eso. Nuestra mente no puede desplazarse en sentido negativo con respecto a las cosas, no puede hacer más que moverse hacia ellas. ¿Alguna vez se le ocurrió pensar, en vísperas de un evento especial o de una fiesta: «Espero no enfermarme porque esto no me lo quiero perder?» . Al final resultó que te enfermaste y te lo perdiste, ¿no es cierto?.

Estos mismos principios se manifiestan en la pobreza, la mala salud y en su trabajo. Si no paramos de comentar, pensar y leer acerca de «cosas malas», gravitaremos subconscientemente hacia ellas; la gente de éxito se desplaza hacia el éxito.

Los fracasados tratan de escapar del fracaso. El más importante principio mental que puede transformar a los perdedores en triunfadores es concentrarse en lo que uno quiere; sin embargo, vivimos hablando en negativo, quejándonos de lo que no tenemos y hablando de lo que queremos evitar.

Es el «Yo puedo» y no el «No puedo», pues al cerebro no le importa lo que sigue después del ‘no’, él entiende que es ‘no’. Eso es un callejón sin salida, debemos concentrarnos
en lo que queremos lograr a nivel personal. Cuando tememos perder algo, nos ponemos en posición de perderlo.

Estas leyes obran con el mismo poder en nuestras relaciones amorosas. Cuando tememos perder el amor de alguien, de inmediato nos ponemos en peligro de perderlo. La moraleja es «concéntrate en lo que tienes y disfrútalo, no pienses en perder lo que posees».

Enfoca tu atención en lo que deseas; si dejas que tus temores te obsesionen, éstos te abrumaran. En realidad, el principio de atraer lo que se teme es hermoso; implica el reto de enfrentar nuestros miedos y mediante ellos superarnos.

¿Cómo podremos crecer si las cosas que tememos se alejan de nosotros?. ¿Cómo desarrollarnos si nunca nos enfrentamos con lo que nos produce temor?. Las leyes universales nos demuestran que podemos vivir perfectamente sin aquello que tanto tememos perder.

Debemos aprender a disfrutar lo que tenemos y dejar de pensar y sufrir por lo que no tenemos. Debemos vivir el presente.