lunes, 6 de julio de 2009

e.f.t. (tapping)

¿Has observado la cantidad y variedad de pesadas cargas que arrastras en tu vida?. Muchas de esas cargas ni tan siquiera te pertenecen, o bien ya no representan más que un estorbo en tu proceso de aprendizaje…

Con demasiada frecuencia, estamos siendo esclavos de emociones del pasado, que de forma insistente, surgen repentinamente sin que seamos conscientes del porqué.

Afortunadamente, han aparecido y siguen apareciendo técnicas que nos ayudan a combatir determinados estados emocionales, tales como miedo, ansiedad, tristeza, ira, fobias…, que son la causa única y real de nuestras deficiencias externas.

Dichas técnicas, tienen la facultad de provocar una verdadera sanación, pues tratan principalmente la raiz del problema, o sea, resuelven ese estado interno o mental específico, como método de “curación” de los síntomas externos.

Todo ser humano tiene derecho a ser feliz, a buscar su felicidad y a encontrar el modo de hacer ésto posible en su vida cotidiana, de una forma armónica y no agresiva. Nuestras emociones, son la principal fuente de bienestar o sufrimiento, y nuestra voluntad para trabajar sobre las mismas, para pulirlas o moldearlas, termina por convertirnos en los únicos responsables de lo que somos y de lo que buscamos ser; en definitiva, acaba trazando esa línea sutil entre el de dónde vengo, y el a dónde quiero dirigirme, que es tarea única de cada uno de nosotros.


Cada vez que me hago la pregunta “qué quiero en mi vida”, estoy abriendo la puerta a la posibilidad, a la expectativa, a la sorpresa, a la esperanza. Y no siempre sabemos responder a esta pregunta. Sin embargo, si me cuestiono “qué no quiero en mi vida”, es seguro que tú, al igual que yo, eres capaz de encontrar aspectos, emociones, relaciones o vivencias, que preferirías dejar atrás de una vez por todas.

Si somos capaces de vaciar, estamos liberando espacio para poder llenar, para poder incluir, para poder atraer o ponernos en marcha hacia aquello que en cada instante, en “cada Aquí y Ahora”, sea lo que realmente deseamos. Soltar lastre, liberarnos de mochilas innecesarias, es la mejor forma de poder volar o caminar ligeros. Y ese ponernos en marcha, ese movimiento, es, casi siempre, más positivo que la inacción. No movernos, primero nos oxida, y a la larga nos destruye. Permitir que la inercia nos arrastre, puede frenarnos cuando menos lo deseemos, o precipitarnos hacia situaciones indeseadas.

Tenemos capacidad suficiente para tomar las riendas de nuestras vidas, sin embargo, aunque todo individuo dispone de las herramientas necesarias (cuerpo, mente y emociones) para alcanzar la máxima expresión de sí mismo, con frecuencia sucede que las relaciones entre estos tres poderosos elementos, no son todo lo fluidas y amistosas que sería de desear.

En nuestras manos está dar el paso desde el “yo soy así”, al “yo soy el que quiero ser”, y aquí es donde la técnica del E.F.T. juega un papel protagonista, pudiendo ayudarnos a dar ese gran salto…

“Tú y yo estamos a punto de iniciar un viaje hacia la libertad emocional. No será igual a nada de lo que hayas experimentado antes. Lo prometo. No es un viaje mítico sobre una alfombra mágica que termina en ilusión. Es un verdadero viaje, destinado a darte verdaderos resultados. Ciertamente desarrollarás la habilidad de desechar tus miedos, fobias, recuerdos traumáticos, culpa, enojo, penas, y todas las otras emociones limitantes. Y tampoco llevará años de sesiones dolorosamente lentas y económicamente agotadoras. A menudo, hasta las emociones negativas más severas, se desvanecen en minutos. Pero me estoy adelantando…”. (Gary H. Craig –descubridor de la técnica E.F.T.-).

breve historia de la e.f.t.

E.F.T. (Emotional Freedom Techniques = Técnicas para la Liberación Emocional), nació en 1991 de la mano del ingeniero americano Gary H. Graig, tras haber estado estudiando con Roger Callahan. Este último había desarrollado una técnica llamada T.F.T. (Thought Field Therapy) -derivada a su vez de la kinesiología aplicada-, que consiste en localizar mediante un test muscular, los puntos de acupuntura adecuados para tratar y desbloquear la emoción sobre la que estamos trabajando.

Gary Craig tuvo la idea de coger un conjunto básico de puntos, y tratarlos todos siempre, fuera cual fuera la emoción, evitando así la necesidad de localizar los puntos. Y funcionó.

En 1999, publicó sus excelentes videos de formación (disponibles en inglés en su web: www.emofree.com), y ese fue el momento de su gran expansión.

A pesar de su corta historia, E.F.T. está teniendo ya una gran aceptación entre psicólogos, psiquiatras y otros terapeutas en todo el mundo, aunque especialmente en EEUU y Reino Unido, como podemos ver en su página web, la cual es, a su vez, una auténtica base de datos sobre casos reportados por practicantes de todo el mundo en diversas temáticas.

¿qué es e.f.t.?

Dicho sencillamente, es una versión emocional de la acupuntura, con la excepción de que no se emplean agujas, sino que en su lugar, se estimulan en el cuerpo ciertos puntos meridianos de energía, golpeándolos suavemente con las yemas de los dedos (hacer tapping).

Desafortunadamente, nunca conoceremos a algunos de los benefactores de la técnica, puesto que sus contribuciones fueron hechas hace más de 5.000 años. Estas personas brillantes, descubrieron y trazaron la pieza central de E.F.T.; es decir, las energías sutiles que fluyen a través del cuerpo.

Estas energías sutiles, también son la pieza central de la acupuntura, y, como resultado, ambas técnicas están emparentadas. Ambas disciplinas están creciendo rápidamente, y, con el paso del tiempo, ambas están destinadas a ejercer un papel central en las curaciones, tanto emocionales como físicas.

Nuestros cuerpos tienen una naturaleza básicamente eléctrica. Cualquier curso inicial de anatomía, cubre esto. A veces, cuando caminas sobre una alfombra, el contacto hace que se produzca una “fricción”, podrás ver entonces la electricidad estática que se descarga desde la punta de tu dedo, o salen chispas al tocar otro objeto… esto no sería posible si tu cuerpo no tuviera una naturaleza eléctrica.

Nuestros sistemas eléctricos son vitales para nuestra salud física, cuando la energía deja de fluir, nos morimos. Esta energía fluye a través del cuerpo, y es invisible al ojo humano, pero no por ello inexistente, pues es posible observarla con un equipo de precisión.

La ciencia médica occidental tiende a enfocarse en la naturaleza química del cuerpo, y no ha puesto demasiada atención a esos flujos sutiles, pero poderosos. Sin embargo, esos flujos existen, y comienzan a atraer a un creciente número de científicos e investigadores.

En el trabajo con E.F.T., hacemos uso de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones, para valernos del completo potencial de que disponemos para ser los diseñadores de nuestra vida, para ser los creadores de nosotros mismos. Y si como yo, estás absolutamente convencido de que tenemos derecho a ser felices, E.F.T. nos brinda una maravillosa herramienta para acceder al reino de nuestras posibilidades ilimitadas.


El procedimiento es rápido, sencillo y portátil, de modo que se puede hacer en cualquier lugar y en cualquier momento.

Dice su descubridor, que "La causa de toda emoción negativa, es una ruptura en el sistema energético del cuerpo", de ahí que éste sea el principio sobre el que se asientan las bases de la técnica.

Dice asímismo, que "Las principales colaboradoras de la mayoría de las enfermedades y dolores físicos, son nuestras emociones negativas no resueltas".

E.F.T. es un instrumento poderoso para trabajar sobre aquellos elementos, casi siempre de origen emocional, que no deseamos en nuestras vidas. Es un método de limpieza, de purificación y liberación, que nos permite deshacernos de las consecuencias indeseables de emociones que no controlamos, proporcionándonos la libertad para llegar a comprender de un modo distinto, de observar desde la distancia, o dicho de otro modo, convertirnos en los observadores al tiempo que en los observados, para, finalmente, poder avanzar y evolucionar.

Descubrir que una fobia puede desaparecer prácticamente en una sesión; una depresión empezar a cambiar desde la primera, y mejorar espectacularmente con unas pocas más; o que el dolor físico puede obtener una respuesta inmediata en apenas unos minutos, nos invita a cuestionarnos si verdaderamente existen límites en nuestro potencial, y, en último extremo, preguntarnos cuán responsables somos de los acontecimientos que vivimos.

Se puede hacer “tapping” con una gran variedad de problemas físicos y emocionales. En realidad, y como dice Gary Craig, “pruébalo con todo” y evalúa tus propios resultados.

De forma genérica, E.F.T. se utiliza para el tratamiento de:

  1. Dolor emocional / Estrés postraumático
  2. Miedos / Fobias / Pánico / Ansiedad / Inseguridad
  3. Ira / Culpa / Rencor / Frustración
  4. Estrés / Compulsión / Adicciones
  5. Apatía / Depresión
  6. Dolor de cabeza / Dolor físico en general / Alergias
  7. Tratamiento del componente psicosomático de las enfermedades
  8. Mejora de la capacidad de aprendizaje / rendimiento profesional / rendimiento deportivo
  9. Mejora del bienestar vital en general, de la sensación de control en nuestra vida, y de la efectividad del trabajo con pensamiento creativo.
  10. Como herramienta de introspección y meditación.

No obstante, E.F.T. es una técnica de desarrollo y crecimiento personal, que en ningún caso debe sustituir o reemplazar al médico o profesional de la salud correspondiente.

Debes recordar que la utilización de estas técnicas, es un tema de tu propia y exclusiva responsabilidad.

Nunca debes suspender un tratamiento, ni realizar modificaciones en la pauta, sin consultar previamente con tu médico.

¿en qué consiste la técnica?

E.F.T. es un método para eliminar el malestar emocional, extremadamente efectivo en la práctica, y a la vez tan sencillo que prácticamente cualquier persona puede aprenderlo, y usarlo en su experiencia cotidiana.

El método es tan simple como estimular una serie de puntos de acupuntura (puntos energéticos o meridianos), dando golpecitos con las yemas de los dedos, manteniéndonos mentalmente enfocados en una emoción dolorosa, y la situación concreta que la provoca, al tiempo que empleamos una frase de afirmación, que es utilizada como recordatorio del problema.

Se realizan varias rondas completas, trabajando siempre con la misma emoción, y al final de cada una de las rondas, se evalúa el grado (del 1 al 10) de malestar (o sufrimiento en muchos casos) que causa dicha emoción ó situación. El objetivo es que con cada una de las rondas, vaya disminuyendo la intensidad del dolor, hasta que finalmente, desaparezca.

Dependiendo de la persona, y de la profundidad de su “herida”, la emoción negativa se podrá eliminar en una sola sesión, o se precisará de un número indeterminado de ellas (normalmente no va más allá de unas pocas semanas).

Evidentemente, la técnica exige un trabajo de búsqueda interna por nuestra parte, desde el punto de vista de identificar donde se encuentran nuestros bloqueos mentales, y cuáles fueron las situaciones específicas que los generaron… únicamente mediante la comprensión y aceptación de nosotros mismos, podremos deshacer dichos bloqueos.

Muchos de nuestros problemas, tienen su origen en la infancia: lo que vimos, lo que nos dijeron y lo que experimentamos, fue lo que configuró nuestro sistema de creencias. Posteriormente, entrados ya en nuestra etapa adulta, no hacemos más que recrear y proyectar (inconscientemente) aquellas situaciones y comportamientos que nos reafirman en nuestras creencias erróneas para las que fuimos “programados o entrenados”: por ejemplo, una persona con dificultades para encontrar trabajo, probablemente durante los primeros años de su vida, escuchó a sus padres afirmar cosas como “eres una inútil, o nunca vas a encontrar un buen trabajo, o no sirves para nada…”… es en estos casos donde el E.F.T. está especialmente indicado.

La técnica se compone de 4 secuencias diferentes. Es imprescindible respetar el orden en que son ejecutadas, y no debe ignorarse ninguna, puesto cada una de ellas satisface un propósito específico.

1. La preparación: Es fundamental en el proceso, ya que prepara al sistema energético para que el resto de la “receta” pueda hacer su trabajo. Mediante la preparación, se asegura que el sistema energético está correctamente orientado antes de tratar de eliminar sus trastornos (causa de las emociones negativas).

La preparación, consiste, por un lado, en golpear o estimular con las yemas de los dedos (todos, o índice y corazón, preferentemente de tu mano dominante), el punto de Karate de la otra mano, ubicado en el centro de la parte carnosa del exterior de ésta (observa el punto al que me refiero en el dibujo que aparece más abajo –mano-).

Por otro lado, y durante tres veces seguidas, repetimos en voz alta la siguiente afirmación: “Aunque tengo este ……. (espacio que deberás rellenar con tu problema específico, con una breve descripción)……., me amo y me acepto profunda y completamente”.

Ejemplo: “Aunque tengo problemas para conseguir un buen trabajo, me amo y me acepto profunda y completamente”, no olvides golpear al mismo tiempo el “punto karate”, y repetir la frase tres veces seguidas.

Puedes utilizar cualquier afirmación, siempre que siga este formato general, que reconoce el problema, y provoca una auto-aceptación a pesar de la existencia del mismo, lo cual es fundamental para que la afirmación sea efectiva.

No importa si crees en la afirmación o no, limítate a repetirla. En lo posible, es mejor decirla con sentimiento y énfasis, pero repetirla de manera rutinaria, por lo general será igualmente efectiva.

puntos meridianos de e.f.t.

puntos meridianos de e.f.t.

A continuación…

2. La primera secuencia (recordatorio): Es muy sencilla en concepto. Consiste, como antes, por un lado en estimular o dar golpecitos con las yemas de los dedos sobre los puntos que figuran en los dibujos de arriba (mujer y mano), todos, incluído el punto karate, que ya ha sido empleado en la fase de la “preparación”, y que en este caso, será el último, cerrando la secuencia. Los puntos van de arriba hacia abajo, siempre en el mismo orden.

Los puntos son bilaterales, por lo que no importa qué lado golpeas, pero ten en cuenta que los golpes, es mejor efectuarlos con la mano dominante (derecha para los diestros, e izquierda para los zurdos).

Y por otro lado, empleamos nuevamente una frase recordatorio, que repetiremos 7 veces por cada meridiano o punto de los que se indican en las dos imágenes . En este caso, la frase será muy corta, y podrá ir variando con cada punto.

Ejemplo: (siguiendo con el mismo supuesto de una persona con dificultades para conseguir un empleo).

Coronilla: “No encuentro trabajo”
Ceja: “Soy una inútil”
Lado Ojo: “No sirvo para nada”
Bajo Ojo: “Mis padres ya lo decían”
Bajo Nariz: “No tengo trabajo”
Barbilla: “Me cuesta mucho conseguir trabajo”
Clavícula: “Me resulta imposible conseguir un buen trabajo”
Pecho: “No sirvo para nada”
Bajo Brazo: “Soy basura”
Dedo Pulgar: “Nunca voy a encontrar trabajo”
Dedo Índice: “Mis padres tenían razón”
Dedo Corazón: “No encuentro trabajo”
Dedo Meñique: “Soy un desastre”
Punto Karate: “No sirvo para nada”

A continuación…

3. La segunda secuencia (positiva): Exactamente igual que la anterior “primera secuencia, o secuencia recordatorio”, pero esta vez empleando afirmaciones positivas, que serán las que sustituirán a nuestras viejas creencias, y que también debemos repetir siete veces en cada punto energético.

Ejemplo: (continuando con el mismo supuesto)

Coronilla: “Muy pronto voy a conseguir el trabajo que deseo”
Ceja: “Soy muy útil en esta sociedad”
Lado Ojo: “Yo soy perfectamente válida”
Bajo Ojo: “Mis padres estaban equivocados”
Bajo Nariz: “En pocos días voy a conseguir un empleo”
Barbilla: “Encontrar trabajo es muy sencillo”
Clavícula: “La creencia en la dificultad, es sólo una ilusión”
Pecho: “Yo soy valiosa”
Bajo Brazo: “Yo soy útil”
Dedo Pulgar: “El trabajo que me apasiona está esperándome”
Dedo Índice: “Mis padres a veces se equivocan”
Dedo Corazón: “Alguien me va a ofrecer un buen trabajo”
Dedo Meñique: “Dejo atrás mis creencias limitantes”
Punto Karate: “Yo sé hacer muchísimas cosas de gran utilidad”

A continuación…

4. El procedimiento de los nueve rangos: Esta, es quizá la parte de todo el proceso que se percibe más extraña. Tiene como objetivo “afinar” el cerebro, y lo hace a través de algunos movimientos de ojo, tararear un poco, y contar rápidamente del 1 al 5.

A través de los nervios conectivos, ciertas partes del cerebro son estimuladas cuando se mueven los ojos. Asímismo, el lado derecho del cerebro (lado creativo), está involucrado cuando tarareas una canción (hacerlo con la boca cerrada, o canturrear ta-ra-ra-ra-ra), y el lado izquierdo (lado digital), se acciona, entre otros, cuando contamos, matemáticamente hablando.

punto rango en e.f.t.

El punto a estimular en este caso, será el “punto rango o escala”, que es el punto que se localiza sobre el dorso de la mano, entre los nudillos de los dedos anular y meñique, en una pequeña depresión en dirección hacia la muñeca, aproximadamente a 1 centímetro y medio por encima de los nudillos (ver imagen izquierda).

Debes ejecutar las nueve acciones diferentes que a continuación se indican, lo más rapidamente posible, al tiempo que estimulas mediante los golpecitos el Punto Rango:

1º Cerrar los ojos
2º Abrir los ojos
3º Mirar rápidamente hacia abajo, a la derecha, sin mover la cabeza
4º Mirar rápidamente hacia abajo, a la izquierda, sin mover la cabeza
5º Girar los ojos en círculo en el sentido de las agujas del reloj
6º Girar los ojos en círculo en el sentido contrario al de las agujas del reloj
7º Tararear dos segundos una canción (Gary Craig sugiere el “Happy Birthday to you”)
8º Contar rápidamente del 1 al 5
9º Tararear de nuevo 2 segundos la misma melodía

Es preciso respetar el orden de las acciones, no lo varíes. Una vez terminado, cierra los ojos, y respira profundamente 3 ó 4 veces.

Te he presentado aquí una ronda completa (con sus cuatro secuencias) de tapping. Puede parecer, en un principio, algo complejo, pero con un mínimo de práctica, verás que no lleva más de 10 minutos.

Una vez terminada la primera ronda, vuelve a cerrar los ojos, conéctate nuevamente con la emoción negativa, y puntúa otra vez del 1 al 10.

Como he dicho anteriormente, puedes repetir la ronda varias veces, se aconseja que no sean más de tres por sesión… en cualquier otro momento del día, o al día siguiente, puedes comenzar de nuevo. Lo importante es que insistas, hasta que la intensidad de la emoción esté en 1 ó en 0.

Como quizá te estés planteando, las posibilidades del E.F.T., son infinitas, es posible emplear la técnica para cualquier cosa que nos cause malestar… la pauta: en primer lugar aceptar la situación, y a continuación modificarla.

En la práctica habitual, a partir de la segunda o tercera ronda, deberías notar cierto alivio, ese será el momento en el que tanto en la frase de “la preparación”: “Aunque tengo problemas para conseguir un buen trabajo, me amo y me acepto profunda y completamente”, como en las frases de la “secuencia recordatorio”, sustituirás el “aunque tengo problemas…”, por “aunque todavía tengo algún pequeño problema…”, se trata de sustituir lo absoluto (tengo problemas), por lo relativo (algún pequeño problema), puesto que la intensidad de la emoción habrá disminuído.

Recomiendo que las frases, tanto de la “secuencia recordatorio”, como de la “segunda secuencia (positiva)”, estén personalizadas en lo posible. Utiliza siempre frases y palabras que verdaderamente tengan significado para ti, que realmente despierten tus emociones, tanto negativas (primera secuencia), como positivas (segunda secuencia).

Por otra parte, es aconsejable, además, desmenuzar cada problema en cada uno de los eventos específicos que los causaron, no globalices, pues no verías los resultados con la misma rapidez. Comenzar por las emociones más intensas, en muchas ocasiones lleva implícito que durante el proceso, acaben desapareciendo algunas emociones de menor intensidad, derivadas de la primera.

Hasta aquí lo que yo he podido aprender y experimentar mediante el empleo de esta maravillosa herramienta, conocida comúnmente como “tapping”… espero pueda ser de utilidad para ti.

Referencias bibliográficas:

    • Libro de Técnicas de liberación emocional ”, Carla Valencia, Paperback
    • E.F.T.: manual de técnicas de Liberación Emocional ”, Gary Craig
    • Aventuras con E.F.T. ”, Silvia Hartmann, Ediciones Grixó
    • Terapia del Estrés, Fobias y Adicciones ”, Luís J. González, Edizioni del Teresianum (Roma)

ondas cerebrales

El cerebro humano, se caracteriza por el desarrollo de lo que se llama "córtex cerebral", que es la parte más exterior del encéfalo, y que tiene una textura rugosa y un aspecto parecido al de la mitad de una nuez.

Gracias al córtex, tenemos pensamiento abstracto, creencias y capacidad de previsión de futuro, entre otras cosas.

Desde el punto de vista del sistema nervioso, es precisamente el córtex cerebral el que diferencia a la especie humana del resto.

En segundo lugar, debemos apreciar que nuestro cerebro funciona básicamente con energía bio-químico-eléctrica.

Aunque la potencia de la electricidad que manejan nuestras neuronas es baja (se mide en milivoltios), dicha potencia le es suficiente para procesar, manejar, distribuir y usar grandes cantidades de información y generar un número de respuestas practicamente infinito.

Así que al usar micro-electricidad, podemos concluir que el cerebro es una máquina de bajas frecuencias. Asímismo, donde hay electricidad, hay electromagnetismo, y donde hay electromagnetismo, hay frecuencias que se emiten hacia el exterior, o que se reciben de él.

Esto significa que nuestro cerebro, aparte de procesar la información que le viene dada por los sentidos, es capaz de emitir o recibir información extra-sensorial, vía "ondas electromagnéticas", similares a las frecuencias de una emisora-receptora de radio, o sea que nuestro cerebro, puede actuar en cierta medida como una estación de radio.

Podemos definir la mente como el "sentido" del cerebro, (al igual que la vista es el sentido del ojo )…

el descubrimiento de las ondas cerebrales

La investigación en el campo de la consciencia, tiene una gran deuda con el científico alemán Hans Berger, quien, en la década de 1920, descubrió las ondas cerebrales y su relación con diferentes estados de consciencia.

Gracias a su trabajo pionero, ahora sabemos que el cerebro emite tenues impulsos eléctricos, que pueden ser medidos en microvolts, mediante un electroencefalograma o EEG. Concretamente, los investigadores adhieren electrodos al cuero cabelludo de los sujetos sometidos a exámen, y los conectan al EEG, el cual dispone de un amplificador que aumenta los pequeños potenciales eléctricos hasta diez millones de veces.

Antes que él, el médico inglés Richard Caton (1842-1926), demostró potenciales parecidos en perros.

Los primeros tipos de frecuencia que se descubrieron fueron las alpha y las theta, estudios que fueron completados posteriormente con el descubrimiento de las ondas delta, beta y ram-alta.

Cada tipo de onda, se traduce en un estado psico-neuro-fisiológico diferente. Es decir, nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra actividad física y fisiológica, es completamente diferente en cada uno de estos estados o frecuencias; el cerebro desempeña funciones específicas en cada uno de ellos, de manera que, dependiendo del nivel de las ondas cerebrales en que se encuentra el cerebro, nos resulta posible desempeñar plenamente ciertas funciones como sería el sueño, la concentración o la profunda meditación…

El cerebro es la más potente de las computadoras, por diferentes medios, puede ser conducido a ondas delta, theta, alpha o beta.

el estado delta

Entre 10 y 50 microvoltios.

De 0,2 a 3,5 Hz (ciclos por segundo).

Estado hipnótico, hemisferio cerebral derecho en plena actividad. Sueño profundo sin ensueños, fase REM del sueño.

Las ondas delta están relacionadas con nuestra capacidad para integrar y dejar pasar, en este estado se refleja la mente inconsciente.

Es el ritmo dominante en los recién nacidos hasta un año de edad, y está presente en las etapas tercera y cuarta del sueño.

Se inducen con el propósito de reducir nuestra percepción del mundo físico, y tener acceso a la información en nuestra mente inconsciente.

el estado theta

Entre 50 y 100 microvoltios.

De 3,5 a 7,5 Hz.

Estado de relajación profunda, meditación, creatividad, asociación de ideas, memoria.

Es el ritmo dominante en un estado de somnolencia. Aparece cuando nos deslizamos hacia la inconsciencia o hacia el sueño en un estado superficial. Es el estado de conciencia de sueño experimentado como sueños, visiones y sueño consciente.

Aparece también en los estados de meditación profunda, intensa creatividad, en los fenómenos de percepción extrasensorial y bajo los efectos de la anestesia.

Están asociadas a los estados de alucinación creadora y resolutivos.

Es la onda de la imaginación y del contacto dinámico con otras posibles dimensiones, ofreciéndonos la oportunidad de la investigación de nuestra personalidad y de las profundidades de nuestra psicología. Nos muestra la actividad del genio creador.

A través de ella, la persona puede llegar a descubrir sus más profundos secretos.

Esta frecuencia es "emitida" por los discípulos de la filosofía zen, los monjes budistas o los religiosos cristianos en sus meditaciones, cantos u oraciones.

el estado alpha

Entre 100 y 150 microvoltios.

De 7,5 a 13 Hz.

Es la mente subconsciente. Ausencia de estrés, relajación, creatividad, percepción, meditación.

Predomina el hemisferio derecho (intuitivo, no verbal, sentimientos). Inicio de actividad del hemisferio izquierdo y desconexión del hemisferio derecho. Ambos hemisferios se integran, uniendo pensamiento concreto y analítico -lóbulo izquierdo del cerebro-, con pensamiento abstracto y creativo -lóbulo derecho-. Nos situamos en la frontera entre lo consciente y lo inconsciente.

Es la puerta entre ambos estados de conciencia y esto hace del estado alfa un estado muy especial, ya que nos permite, por un lado, seguir teniendo una actividad consciente de nuestro pensamiento y cuerpo, es decir, nos damos cuenta de lo que pensamos y sucede a nuestro alrededor, y por otro lado, al encontrarse nuestra conciencia en los "pisos bajos" de la mente, nos permite acceder a la información y estados propios del subconsciente, pudiendo aprovechar todo el caudal de ese 90% de "potencia" mental que reside en lo subconsciente.

Dicho estado es un "estar a gusto" en paz y felicidad interior, en relajación profunda. Aumenta mucho la capacidad de sugestión y autosugestión, esto es, cualquier cosa que nos sugieran en alfa, será más fácilmente admitida y con menos "filtros" por parte de nuestra racionalidad consciente.

el estado beta

De 150 a 200 microvoltios.

Entre 13 y 28 Hz.

Es la mente consciente. Recibe señales de nuestros cinco sentidos físicos (vista, oido, tacto, gusto y olfato). Predomina el hemisferio izquierdo (lógico, racional, verbal).

Corresponde a la vigilia, alerta, tension nerviosa o intelectual, receptividad hacia el mundo exterior, ansiedad y stress.

Está asociada con la atención enfocada, y el pensamiento activo de una mente vuelta hacia el mundo externo. En este ritmo se manifiesta el más alto grado de excitabilidad cortical. Mientras lees estás páginas, estás produciendo una buena cantidad de ondas beta.

Se inducen con el objetivo de aumentar la concentración, y agilizar el aprendizaje. Aumento de energía y productividad.

el estado ram-alta

Más de 200 microvoltios.

Por encima de los 28 Hz.

Estado de estrés y confusión.


¿existen formas de controlar y generar deliberadamente determinadas ondas cerebrales?

Uno de los métodos más sencillos y efectivos, es mediante el sonido (música, tonos, vibraciones, sonidos de la naturaleza, etc.). A eso se debe el uso de cánticos, plegarias con sonidos repetidos (como las letanías del rosario), himnos, campanas, tambores, etc., de los cuales se han valido todas las religiones y ritos a través de la historia.

El sonido puede hacer que sin ningún, o poco esfuerzo por nuestra parte, se alteren la ondas cerebrales, llevándonos rápidamente a distintos niveles de conciencia.

Existen actualmente en el mercado diferentes aparatos-generadores de ondas cerebrales. Las ondas enviadas por estas máquinas, armonizan su ritmo con las de nuestro propio cerebro (según ha quedado demostrado por diversos estudios con electroencefalogramas), ello permite producir a voluntad los estados mentales característicos de las diversas ondas cerebrales.

Recuerda que tu cerebro es una potente radio que emite y recibe... según lo que guardas dentro de “tu caja cerebral”, así es lo que seleccionas inconscientemente y recibes del exterior... el cerebro es una máquina que se "sintoniza" en determinadas frecuencias…

descargar el programa "Brainwave Generator"

INSTRUCCIONES PARA EL USO DEL PROGRAMA: El fichero “Bwgen.exe”, es el programa que reproduce los diferentes sonidos. No es preciso instalarlo en tu ordenador, simplemente al abrirlo, lo que abres es el reproductor, donde podrás escoger entre una variada lista de “ondas” de diversas frecuencias.

No es aconsejable su empleo durante más de 15 o 20 minutos por sesión. Si aprecias dolor de cabeza, se recomienda abandonar, o limitar el tiempo por sesión. Es imprescindible el uso de auriculares, debidamente colocados (derecha/izquierda). No es preciso tener el volumen muy alto, simplemente que sea perceptible a tus oídos.

p.n.l. (programación neurolingüística)

La P.N.L. significa Programación Neurolingüística. Surge a partir de la idea de considerar que el comportamiento del ser humano, se produce a partir de unos "programas mentales" que tienen que ver y que se asientan en el sistema nervioso, y que pueden ser modelados (copiados y modificados) a través del lenguaje.

Por Programación, se entienden nuestras aptitudes para producir y aplicar programas de comportamiento. Neuro, se refiere a las percepciones sensoriales que determinan nuestro estado emocional subjetivo. Lingüístico, se refiere a los medios de comunicación humana, tanto verbal como no verbal.

Si se interpreta el concepto literalmente, podemos pensar en la informática, en los ordenadores. Para comprender cómo se da el proceso de cambio, se puede imaginar a la persona introduciendo datos en el ordenador (cerebro), quien procesa, almacena y actualiza como las circunstancias lo requieren. Los datos son las experiencias sensoriales (lo aue se oye, siente, palpa…). Esto es procesado y almacenado.

Cuando se debe decidir cómo actuar ante determinada situación, los datos se actualizan, y se antepone el que decidirá cómo tomar la decisión. La P.N.L. parte de una experiencia sensorial específica almacenada en el cerebro. Lo importante para trabajar con ella, es conocer la estructura y las condiciones en las que se procesó y almacenó la experiencia. No respondemos directamente a los que denominamos la realidad, sino sobre nuestra representación de ella, que es nuestro “mapa personal”, y que es distinto para cada individuo.

La P.N.L. se origina en la década de los 70, en la Universidad de California. Surge de las investigaciones de dos jóvenes: Richard Badler (informático, matemático y pshicólogo gestáltico), y John Grinder (lingüista), dedicados a estudiar los patrones de conducta de los seres humanos.

El origen de sus investigaciones, fue la curiosidad por entender cómo a través de la comunicación y el lenguaje, se producían cambios en el comportamiento de las personas.

Partieron del principio de que las estructuras en las que se basan los trabajos de terapeutas eficaces, se pueden descubrir y, una vez comprendidas, se pueden reproducir y enseñar. El conjunto de los patrones que modelaron, y sus influencias intelectuales, dieron origen a la PNL.

Podemos considerar la P.N.L., como el sofware del cerebro humano. Es el estudio de la experiencia humana subjetiva, cómo organizamos lo que percibimos y cómo revisamos y filtramos el mundo exterior mediante nuestros sentidos.

Esta técnica describe cómo la mente trabaja y se estructura, cómo transmitimos nuestra representación del mundo a través del lenguaje; cómo las personas piensan, aprenden, se motivan, interactúan, se comunican, evolucionan y cambian.

Mediante el estudio detallado de la comunicación, la P.N.L. nos ofrece una maravillosa herramienta de autoconocimiento y evolución personal.

Originalmente concebida para los procesos terapéuticos, los resultados que se sucedieron en forma extraordinaria lograron que su utilización trascendiera esa frontera. Médicos, psicólogos, educadores, profesionales de distintas áreas y empresas de gran envergadura, aplican actualmente la P.N.L., tanto para el desarrollo individual, como para la optimización de cada grupo humano.

Todo lo que es la P.N.L.:

  • Es una disciplina para aprender a cambiar en un mundo cambiante. Por eso es que invita a cada quien para que cree su propio espacio de experiencias (las que sean de su interés).
  • Es un modo de reflexionar sobre las ideas, y acerca de las personas.
  • Es un apoyo en la comunicación humana efectiva, ya que ayuda a entender y compartir con otras personas. A veces preguntamos algo, y lo que nos contestan no se corresponde, o bien, respondemos y sucede que no es comprendido como deseamos unos y otros.
  • Es una herramienta que nos ayuda a mejorar el aprendizaje.
  • Es un esquema general práctico cuya finalidad es sernos útil, aumentar las opciones y conocernos mejor.
  • Es un modelo y conjunto de elementos que ayudan a conocer y mejorar el comportamiento humano, y su desempeño en la vida diaria.
  • Es una disciplina de superación holística para mejorar la calidad de la vida: de uno mismo, de los demás y del medio, para convivir desde el respeto y la armonía.
Ahora veremos de qué manera funcionan las personas. Existen tres tipos: los visuales, los auditivos y los kinestésicos.

Los visules

Una persona visual, le otorga importancia al vestir bien, con una cuidada apariencia física.

Son aquellos cuyas preferencias se declinan por todo aquéllo que sucede en el mundo exterior, "lo que se ve". Son los que necesitan ser mirados cuando les estamos hablando o cuando lo hacen ellos, es decir, tienen que ver que se les está prestando atención. Necesitan ser mirados para sentirse queridos, son las personas que dicen cosas como "mira...", "necesito que me aclares tu enfoque sobre...". Hablan más rápido y tienen un volumen más alto, piensan en imágenes y muchas cosas al mismo tiempo.

Generalmente empiezan una frase y antes de terminarla pasan a otra, y así constantemente, van como picando distintas cosas sin concluir las ideas, e inclusive no les alcanzan las palabras; de la misma manera les ocurre cuando escriben.

Los auditivos

Son aquellas personas que escuchan, que se expresan principalmente de manera verbal, y su lenguaje está marcado por el uso de las palabras que denotan interés por todo aquello que sea audible.

Estas personas tienen un ritmo intermedio, no son ni tan rápidos como los visuales, ni tan lentos como los kinestésicos.

Son los que necesitan un "aha...", "mmm...", es decir, una comprobación auditiva que les dé la pauta que el otro está con ellos, que les presta atención. Además son aquellos que usan palabras como "me hizo click...", "escúchame...", "me suena...", palabras que describen lo auditivo.

Los auditivos piensan de manera secuencial, una cosa por vez, si no terminan una idea no pasan a la otra. Por eso más de una vez, ponen nerviosos a los visuales, ya que estos van más rápido, el pensamiento va más rápido. En cambio, el auditivo es más profundo comparado con el visual. Este último es más superficial, pero puede abarcar más cosas a la vez, por eso es también el que hace muchas cosas a la vez.

Los kinestésicos

Son quienes utilizan los sentidos.

Tienen mucha capacidad de concentración, son los que más contacto físico necesitan. Son los que nos dan una palmadita en la espalda y nos preguntan "¿cómo estás?"; además, son los que se van a sentir atendidos cuando se interesen por alguna de sus sensaciones.

Usan palabras como "me siento de tal manera...", "me puso la piel de gallina tal cosa..." o "me huele mal este proyecto...".

Todo es a través de sensaciones.

Todos disponemos de los tres sistemas representacionales, y a lo largo de la vida, vamos desarrollando en mayor grado uno que los demás. Esto dependerá de diferentes cosas: de las personas que tenemos alrededor, de la experiencia laboral, inclusive hasta de los docentes. Existen familias más visuales, más auditivas o kinestésicas.

Gran parte del éxito personal y profesional de cada uno de nosotros, depende de que aprendamos a trabajar los tres canales armónicamente. Cuando logramos llegar a todo el mundo a través de los tres canales (visual, auditivo y kinestésico), entramos en empatía con los demás.

Uno de los orígenes de nuestras actitudes (hacia los demás, hacia el dinero, hacia el sexo, la familia…), son nuestros “mapas mentales”, esas construcciones que nos bloquean y nos imposibilitan el éxito en cualquier ámbito de la vida.

En la actualidad, disponemos de aparatos carísimos y sofisticados capaces de detectar cualquier dolencia en el ser humano. Sin embargo, las personas estamos más enfermas que nunca, y en la mayoría de los casos, todo lo que precisamos para sanar, son unas cuantas sesiones de hipnosis positiva.

El instrumento utilizado en este caso, son las palabras positivas que penetran profundamente en la mente, provocando una reacción interior en cadena. Los cambios son asombrosos, y la persona puede recuperarse de sus dolencias físicas, emocionales y mentales.

El efecto extraordinario, se produce en un estado de concentración relajada y profunda, donde las palabras se convierten en pensamientos y emociones, transformándose seguidamente en actos apropiados.

Constantemente las personas estamos autoprogramándonos, enviándonos palabras y pensamientos a nuestro “fondo mental”. Este hecho puede originar buenas o malas imágenes, positivos o negativos programas mentales…

“No puedo”, “tengo miedo”, “no soy capaz”… son algunas de las señales que enviamos al receptor de nuestra mente, produciendo películas muy negativas y limitantes en nuestra vida.

Por tanto, de la calidad de nuestros pensamientos y las emociones que éstos despiertan en nuestro interior, dependerá la calidad de vida que tendremos.

Los científicos han descubierto que desde la tercera semana de gestación, el ser humano puede ser ya un fracasado… aún no ha nacido, y ya comienza a escuchar la palabra “no”.

Las veces que nuestro cerebro escuchó la palabra “no”, lo asumió como algo cierto y real. Lo que hace la P.N.L., es reprogramar nuestro “disco duro” o cerebro, a fin de extraer ese Ser Superior que todos llevamos dentro.

Uno de los pilares fundamentales de la P.N.L., consiste en aumentar la autoconfianza, a partir de reconocer el poder de nuestra mente; mostrarnos que tenemos un cerebro sin estrenar, con un poder infrautilizado (nuestro subconsciente), para comenzar a ampliarlo, a proyectarlo. Asímismo, la P.N.L. mejora la comunicación, nos ayuda a encontrar recursos desaprovechados, aumenta considerablemente nuestra creatividad, mejora nuestra salud, nos ofrece la posibilidad de cambiar nuestro sistema de creencias (en el caso de las que nos son negativas), y nos ayuda a vivir en el AQUÍ y AHORA.

Para comenzar el proceso, hemos de comprender que nuestra vida está marcada por nuestros pensamientos… nuestras creencias convierten nuestros pensamientos en nuestras realidades. La P.N.L. está basada en la tesis de que pensar equivale a hacer.

El ser humano es un estado de energía, y este nivel aumenta cuando tenemos pensamientos positivos y de felicidad. De igual forma, disminuye cuando tenemos sentimientos negativos o de melancolía… el pensamiento es una energía poderosa que bloquea o ayuda, según el caso.

¿Cómo hacer que funcione la P.N.L.? Existen muchas piezas sueltas, como en un rompecabezas. Los motores funcionan cuando todas las piezas encajan y funcionan en dirección a un mismo objetivo.

La primera pieza del rompecabezas es el entorno. Pero el entorno es algo más que lo que nos rodea, ya que comprende tanto al entorno exterior, como al entorno interior, es decir, tanto a los estímulos exteriores, como a las sensaciones físicas que se generan en nuestro interior. Los niveles de hormonas y de enzimas, tienen mucho que ver con este entorno interior. Evidentemente esto que se describe como el entorno interior, no tiene nada que ver con nuestro humor o nuestra actitud, que en realidad son los últimos componentes añadidos a nuestra experiencia. El entorno se refiere a los orígenes de las estimulaciones físicas, siendo internas o externas dependiendo de su localización.

La segunda pieza del rompecabezas, son las percepciones. Dependemos plenamente de las percepciones. Nuestros receptores sensoriales se encargan de trasladar varios tipos de estimulaciones físicas al interior de nuestro cerebro por medio de señales codificadas, que tienen que ser traducidas para que consigan un significado. Cuando un receptor determinado es estimulado por su energía exterior específica, envía una señal al cerebro, señal que deber ser descodificada. Estos receptores especializados se sitúan en nuestros sentidos y, así, podemos ver, oir, tocar, oler o saborear. No tenemos que confundir estas sensaciones con las emociones, ya que son dos dimensiones diferentes de la experiencia.


Esta información codificada, fluye a través de canales neurológicos hasta el cerebro. Cuando llega allí, estas señales son ensambladas en unidades codificadas llamadas 'momentos internos'. En circunstancias normales nuestro cerebro procesa entre 400 y 600 de estos momentos cada segundo, aunque puede oscilar entre 200 (cuando estamos muy relajados) hasta 1200 (si estamos muy excitados). Estos 'momentos internos' no tienen significado, ya que son simples representaciones de las señales originales generadas por los receptores sensoriales. Para darle un significado a estos 'momentos', el cerebro necesita comparar los nuevos 'momentos' con otros procesados con anterioridad (memoria). Diciéndolo de una manera muy sencilla, es como si nuestro cerebro dispusiera de un diccionario personal que va utilizando a medida que entran nuevas informaciones a las que trata de dar un significado. Podemos decir que el significado es la suma de un 'momento' y la memoria.

Pero una cosa es el significado que le da nuestro cerebro, y otra muy diferente la realidad objetiva. En su camino hasta el cerebro, muchos componentes son eliminados mientras que otros son añadidos. Aproximadamente entre el 75 y el 90% es consecuencia, no de la realidad, sino de nuestra historia personal. Vivimos en algo llamado 'el presente' y se supone que consiste en la relación entre lo que percibimos y lo que decimos que estamos haciendo. Es decir, el proceso es: significado = momento + memoria. Y ello produce lo que llamamos el estado presente, que es la tercera pieza del rompecabezas.

La cuarta pieza es el estado deseado, que está compuesto por nuestras creencias (¿qué es importante para mi?), nuestros valores (¿por qué esas creencias son importantes para mi?) y nuestras expectativas (¿cómo o cuando conseguiré esas creencias o valores?). Cuando nuestro cerebro genera un significado, este significado es comparado en relación con las creencias, valores y expectativas que tenemos en ese momento.

El producto de esta comparación son nuestras emociones, la quinta pieza del rompecabezas. Cada emoción que tenemos es un indicativo de si el estado presente se acerca o no a nuestro estado deseado. Cuando se acerca, nuestras emociones son satisfactorias, cuando no se acerca, las emociones son de sufrimiento. Las emociones son un simple 'feedback' entre lo que las cosas son y lo que deseamos que sean. Por lo tanto no hay emociones buenas o malas.

Nuestro cerebro combina estos elementos (estado presente, estado deseado y emociones) para crear lo que llamamos realidad, la sexta pieza. Realidad y entorno no es lo mismo, por supuesto. La realidad es un estado completamente subjetivo, consecuencia del significado que le hemos dado a la información que nos ha llegado a través de las terminaciones nerviosas de nuestros sentidos, una vez pasada esta información por los filtros de la memoria, unido al estado deseado y la comparación entre ambos. Nuestro conocimiento consciente aparece después de que se haya procesado el imput sensorial. La mente inconsciente, por su parte, ha recibido, filtrado, procesado y evaluado lo que le ha llegado del entorno.

Entonces, todo lo que queda es la selección de una respuesta conductual, la última pieza del rompecabezas. Nuestro cerebro elige una respuesta conductual entre todas aquellas que ha ido aprendiendo a lo largo de la vida. Aprendemos distintas vías para responder a la rabia, a la cólera, a la tristeza o a la felicidad.

Los anclajes son una técnica para aprender a guardar recuerdos positivos, y olvidar las experiencias negativas de nuestra vida. El ser humano es anclador por excelencia, y cada vez que sucede algo en un momento de una emoción muy fuerte, ese hecho marca toda nuestra vida. La P.N.L., nos enseña cómo convertirnos en ancladores positivos y conscientes, usando los tres canales de comunicación (visual, auditivo y kinestésico).

ejercicios

Alineación de los niveles neuro-lógicos

El siguiente ejercicio permite que todos los niveles estén alineados con respecto a un aspecto específico. Pide ayuda a una persona de confianza que te irá leyendo los pasos (despacio y dando tiempo a que proceses), o o los grabas tú mismo:

Ubícate en un espacio que te permita caminar unos 5 ó 6 pasos. Identifica la actividad ó aspecto específico.

  • Parándote en un lugar cualquiera. Piensa por varios segundos en tu medio ambiente, donde y cuando realizas la actividad en la que quieres ser más congruente: lugar, personas, objetos, tiempos.
  • Da un paso al frente. Este es el próximo nivel. Explora tu conducta. ¿Qué estás haciendo realmente?, ¿cuáles son tus acciones, movimientos, gestos, pensamientos?
  • Cuando estés listo, da otro paso al frente y piensa en tus capacidades y habilidades: ¿cuáles estás usando?, ¿estás usando todas las que tienes, o solo parte de ellas?.
  • Da otro paso al frente. Piensa en tus creencias y valores. ¿Porqué haces eso?, ¿qué es lo que te motiva?, ¿qué crees de las personas que están a tu alrededor?, ¿qué encuentras valioso de eso que haces?, ¿qué es lo importante para ti de esa situación?. Toma tu tiempo para pensar en las respuestas.
  • Un nuevo paso al frente y piensa en tu identidad. ¿Quién eres tu?, ¿qué te hace único/a, especial?, ¿cuál es tu misión en la vida?, ¿cómo tu actividad se conecta con la misión?.
  • Da un último paso. Piensa en lo que te conecta con otros seres vivientes. En lo que te conecta con algo espiritual. Puedes incluir si lo deseas tus creencias religiosas o fislosóficas. Tómate tu tiempo para pensar.
  • Mantén tu conexión con los pensamientos y da media vuelta. Regresa lentamente al punto de partida, deteniéndote unos segundos en cada punto, y sintiendo cómo se incrementa la conexión y la alineación de cada paso con los anteriores.
  • Al llegar al último paso, permite por unos segundos que se completen la integración y la alineación.

Desarrollo de la autoestima

Este es un ejercicio sencillo y tremendamente útil y efectivo. Te va a hacer sentir bien, practícalo tantas veces como desees.

  • Haz una imagen mental de ti mismo/a. Piensa en cómo te ves, ¿cómo es la imagen?, fuerte o débil, pequeña o grande, con o sin movimiento, brillante u oscura. En resumen, es positiva o negativa.
  • Elimina lo negativo. Por ejemplo: si ves una imagen que no logra metas, cámbiala. Si tu imagen física no es la que deseas, ajústala… La imagen debe representar tus puntos fuertes, tus mejores habilidades, que te veas como cuando has logrado una meta que habías deseado mucho.
  • Hazle cambios a la imagen que sean muy atractivos y motivadores para ti, por ejemplo: hazla grande, brillante, en colores, en tres dimensiones, con movimiento. Agrega todo aquello que la haga más atractiva y que estimule a actuar. Puedes probar e ir haciendo ajustes, hasta que te sientas bien, satisfecho/a, con cambios en los siguientes parámetros: Visual (color o blanco y negro, brillo, contraste, foco, plano o dimensiones, detalles, tamaño, distancia, ubicación, movimiento) Auditivo (de dónde viene el sonido, tono, volúmen, melodía, ritmo, duración), y kinestésico (tipos de sensaciones como calor o frío, intensidad, lugar, ¿la sensación tiene movimiento?, contínua o intermitente, lenta o rápida).
  • ¿Cómo te sientes con la nueva imagen?. La mayoría de las personas que se toman el tiempo para hacer este sencillo ejercicio, descubren que su sensación de autoestima mejora notablemente. Se ha encontrado que cuando las imágenes que una persona tiene de sí misma, son positivas e intensas, sienten una gran autoestima.

Ejercicio de auto-motivación

Este es un ejercicio sencillo y tremendamente útil. Para hacerlo realmente efectivo, lee varias veces el texto antes de realizar el ejercicio, para que te familiarices con el contenido, la secuencia y los términos.

Búscate a alguien de confianza para que te lo lea y te guíe, o grábalo.

Asegúrate de que no habrá distracciones ni interrupciones. Adopta una posición lo más cómoda posible (acostado o reclinado). No debes tener nada en las manos, y es mejor que no cruces piernas ni brazos.

Cierra los ojos y respira con suavidad.

Lee el texto tal cual está escrito. No introduzcas cambios ni modificaciones, no agregues cosas. Deja pausas, para que puedas responder a la guía.

primera parte

  • Piensa en una tarea o una actividad que sea realmente atractiva, motivante para ti cuando la haces. Imagina que estás viendo la película de esa actividad. Nota las cualidades de la imagen al pensar en esa tarea: la escena, la iluminación, el sonido, los movimientos. Observa una imagen rica, con muchos detalles… OK, apaga el proyector.
  • Descansa y mira a tu alrededor, respira tranquilo.
  • Ahora piensa en algo que no te despierta ningún interés, nota lo que se siente al pensar en algo que te es totalmente indiferente. De nuevo mira la imagen y sus cualidades… OK, apaga la imagen.
  • Descansa y mira a tu alrededor, respira tranquilo.
  • Haz una comparación entre las dos “películas”, y nota las diferencias que encontraste en las cualidades de las imágenes: iluminación, brillo, colores, tamaño, distancia, ubicación, sonidos, sensaciones, etc.
  • Escribe tu propia lista para que tengas los elementos que tu mente (cerebro) utiliza para indicarte que algo es valioso y te motiva. Estas serán tus claves de motivación.

Toma ahora una imagen cualquiera de una experiencia agradable, placentera que hayas tenido. Vas a hacer el siguiente juego con esa imagen: cambia las características visuales, es decir, aumenta o disminuye: colores o blanco y negro, iluminación, brillo contraste, foco (nitidez), detalle, tamaño, distancia, si la imagen tiene borde o no, ubicación (arriba, abajo al frente…), se mueve o está quieta, proporción. Quédate con aquellos cambios que te parezcan más atractivos, más agradables, más motivantes.

Haz lo mismo con las características auditivas: de donde viene el sonido, tono, volúmen, melodía, ritmo, duración.

Y ahora con las características kinestésicas (sensaciones, sentimientos): calidad de la sensación, intensidad, ubiación, velocidad, duración.


Quédate con la combinación de características que te resulte más atractiva y motivante (anótalas), las vas a usar después.

segunda parte

  • Piensa en algo que tú sabes que para ti es valioso hacerlo, pero que te resulta difícil o cuesta arriba.
  • Concéntrate y pregunta a todas tus partes internas si existe alguna objeción a cumplir con esa tarea. Sé sensible a esas objeciones, si las hay. Si no puedes satisfacer la objeción con comodidad, ajusta o cambia la tarea de manera que no existan objeciones.
  • Piensa en las consecuencias de hacer la tarea, no en el trabajo de hacerla. Piensa en los beneficios que obtendrás una vez completada, piensa en tu ganancia.
  • Ahora usa la lista de elementos que encontraste en el ejercicio anterior, los que anotaste. Recuerda que son los más atractivos y motivantes. Úsalos para cambiar lo que piensas acerca de tener esa tarea hecha, completada. Ponle a la tarea completada los elementos visuales, auditivos y kinestésicos que anotaste. Continúa haciendo esto, hasta que te sientas fuertemente atraído, motivado a realizar la tarea.

tercera parte

  • Toma una posición cómoda. Dirige tu mirada hacia la derecha, algo hacia arriba. Imagina que ves a una persona igual a ti, a corta distancia. Este “otro tu” hará el ejercicio, mientras tú lo observas. Solamente cuando estés completamente satisfecho con el proceso, será que las habilidades estarán integradas dentro de ti. Para asegurarte de que así será, quizá te gustaría imaginar que estás dentro de una burbuja de plexiglás, para que realmente estés separado de las actividades que va a hacer tu otro yo.
  • Escoge algo que tu deseas que realmente te motive a hacerlo. Para este ejercicio, escoge algo muy simple, como limpiar tu casa. Algo que no disfrutes haciendo, pero que deseas mucho esté completado, debido a los beneficios que obtendrás como resultado de hacerlo.
  • Observa a tu otro yo y mira lo que se verá cuando la tarea haya terminado, incluyendo las consecuencias positivas, los beneficios directos e inmediatos y los futuros.
  • Ahora mira a ese “otro tú” haciendo la tarea con facilidad. Mientas el otro tú la hace, mantente mirando la imagen de la tarea terminada, y siente bien tu respuesta a verla totalmente completada. Nota cómo la voz interna del otro tú es estimulante y te recuerda las recompensas futuras, y lo que hasta el momento has logrado con respecto al objetivo. Finalmente, ve a tu otro tú encantado de haber terminado y disfrutando de la recompensa obtenida por una tarea que ya se completó.
  • Si lo que ves no te satisface por completo, deja que una suave neblina cubra por un momento la imagen, mientras tu inconsciente hace los ajustes que sean apropiados. En unos segundos, cuando la neblina se quite, verás los ajustes que serán satisfactorios para ti (pausa…).
  • Ahora que tienes la completa satisfacción, permite que la burbuja de plexiglás desaparezca. Toma la imagen del otro tú que tiene todos esos aprendizajes, y deslízala hacia ti. Puedes, si te resulta cómodo, extender tus brazos, tomar la imagen, traerla hacia ti e integrarla contigo. Algunas personas sienten un estremecimiento o una liberación de energía al hacer esto.
  • Finalmente, tómate un momento adicional para que pienses cuándo será la próxima vez en la que tendrás que realizar la tarea para la cual acabas de auto-motivarte.


botones automáticos

Esta es una de las herramientas clásicas de P.N.L. Su gama de aplicación es amplia: ha sido utilizada para tratar una amplia variedad de conductas no deseadas. Típicamente, los botones automátcos han sido aplicados con buen porcentaje de éxitos para el control de hábitos (fumar, beber, comer en exceso…).

En cuanto al manejo de emociones, esta herramienta será muy útil en situaciones del tipo “ante determinado estímulo o contexto, tengo una conducta que no quisiera tener”. Por ejemplo: “cuando me contradicen en público, me da rabia”.

  • Nota: lo que el botón trabaja es únicamente el cambio de conducta. Para quien desea, por ejemplo, perder peso, el botón modifica la conducta de comer en exceso, pero no la imagen física de gordo a delgado.

He aquí una versión sencilla:

  • Escoge la conducta que deseas cambiar. Recuerda, la conducta.
  • Imagina que ya superaste la situación. Escoge la conducta que tendrás una vez superada la situación.
  • Imagina que desde aquí, donde estás sentado, ves proyectada en la pared una imagen tuya con la conducta que hasta hoy habías tenido (la que no deseas más). Asegúrate de que la imagen sea pequeña (digamos del tamaño de un cuaderno) y que tiene algún marco alrededor. Esta es la IMAGEN 1. Ahora pon la pantalla en blanco.
  • Ahora crea una imagen de lo que será tu conducta en el futuro, a partir de hoy. Esta imagen es brillante, iluminada. Date cuenta de las sensaciones que te produce ver esta imagen. Asegúrate de que te genera sensaciones agradables, positivas. Esta es la IMAGEN 2. Pon la pantalla en blanco.
  • Mientras permaneces en tu puesto, vuelve a proyectar en la pantalla la imagen de la conducta que vas a cambiar, y en una de las esquinas inferiores (la que prefieras), coloca un cuadrito pequeño, como de dos o tres centímetros, con la imagen que creaste de lo que será tu conducta futura. Esta imagen pequeñita, estará oscura.
  • Muy bien, ahora, harás lo siguiente: simultaneamente vas a oscurecer y hacer pequeña la IMAGEN 1, y agrandas y vuelves brillante la IMAGEN 2. Muy bien, ahora pon la pantalla en blanco.
  • Ahora que ya lo sabes hacer, lo vas a hacer muy rápido seis veces: 1 pantalla en blanco, 2 pantalla en blanco, 3 pantalla en blanco, 4 pantalla en blanco, 5 pantalla en blanco, 6 pantalla en blanco.
  • Chequeo: piensa en la primera imagen, ¿qué pasa?. La respuesta típica es que resulta muy difícil o imposible formarse la primera imagen ó que la imagen es difusa y oscura, en el caso de que la formes, notarás que no hay sensación de desagrado, sino neutra.
    • Nota: Este ejercicio lo puedes hacer tu mismo/a, le pides a alguien que te vaya leyendo los pasos, o puedes grabarlo.

Referencias bibliográficas:
    • Introducción a la P.N.L ”, Joseph O´Connor y John Seymour, Urano Ediciones
    • Cómo cambiar creencias con la P.N.L.”, Robert Dilts, Sirio Editorial
    • Manual del Cerebro para usuarios”, Bob G. Bodenhamer y L. Michael Hall, Palmyra Editorial
    • P.N.L. La Magia en acción”, Richard Bandler, Sirio Editorial
    • Autoestima y desarrollo personal con P.N.L.”, Salvador A. Carrión López, Obelisco Ediciones

programación subliminal

La vida consciente, tiene muchas implicaciones de naturaleza diversa, desde las puramente biológicas, hasta las más complejas de carácter ético y moral.

Los seres humanos sabemos que somos, y al mismo tiempo conocemos que nuestra existencia no es un fenómeno aislado del resto de semejantes anteriores y posteriores. A diferencia de cualquier otra especie, las personas conocemos que existieron otras generaciones previas, de las que somos consecuencia biológica, histórica y cultural, formando parte de una continuidad.

Esa continuidad, también se proyecta en el futuro que construímos, con una responsabilidad de la que somos conscientes.

En el siglo XIX, el mundo fue sorprendido con la propuesta de un médico austríaco, que había regresado de las profundidades más íntimas de sí mismo. El profesor Freud, había buscado allí las claves para comprender el comportamiento humano, y de su notable expedición, regresó con una propuesta desconcertante: gran parte de cuanto hacemos, decimos y pensamos, emana de un lado desconocido del cerebro.

Freud abrió las rutas a otros mundos que siempre estuvieron ahí, a pesar de desconocer su existencia. El océano inmenso del inconsciente, se abrió de repente ante la sorpresa del mundo, pues suponía el descubrimiento de otros “yo” en el interior de cada ser humano. Pronto se vislumbró la importancia del diálogo con tales interlocutores interiores.

Pero no todas las aplicaciones tenían intenciones nobles...

En pleno siglo XX, el industrialismo imperante y su presión sobre el consumo, se dió cuenta de que se podía influir en los compradores, mediante la interlocución directa con los niveles “sub” y “supra” conscientes del individuo, descubiertos por Freud.

definición

Se denomina percepción subliminal a la captación de un estímulo que, por diversas circunstancias, como baja intensidad, falta de atención o breve duración del mismo, no alcanza la representación consciente y, sin embargo, determina la conducta de la persona al margen de su voluntad consciente.

El nombre de percepción subliminal, atendiendo al significado de la palabra, alude solamente a la captación de estímulos por debajo del umbral sensorial mínimo.


Todo mensaje que es transmitido en un nivel inferior a la percepción consciente, es considerado subliminal, sea éste auditivo o visual.

historia

El término “mensaje subliminal”, fue popularizado en el 1957, en un libro titulado “The Hidden Persuaders”, de Vance Packard.

Este libro detallaba un estudio llevado a cabo en el cine Fort Lee (Nueva Jersey), en el que se habían insertado órdenes de beber Coca-Cola y comer palomitas de maíz, obteniéndose unos incrementos en las ventas durante los intervalos, de un 18% y un 57% respectivamente.

En 1973, el libro de Wilson Bryan Key “Subliminal Seduction” (Seducción Subliminal), proclamó que las técnicas subliminales estaban siendo utilizadas ampliamente en la publicidad.

Quedó perfectamente demostrado que los mensajes subliminales, actúan sobre el cerebro emocional de las personas, viendo su conducta influída.

Los mensajes subliminales pueden manipular la mente de una persona, sin que tenga conciencia de ello.

En un principio, la sensación de que nadie podía evitar ser víctima de estos mensajes, dado que no era posible captarlos, generó un gran sentimiento de indefensión. No es de extrañar, pues, que se creara un profundo rechazo hacia todo lo subliminal, y que se redactaran leyes para la prohibición de su utilización en publicidad, leyes que siguen vigentes en la actualidad.

técnicas

Podemos señalar dos tipos de estímulos subliminales:

1. Los visuales: palabras o dibujos camuflados en un anuncio publicitario, una película... de corta duración (milésimas de segundo).

2. Los auditivos: mensajes de baja intensidad que se esconden tras algún tipo de música o sonido.

Una de las técnicas más utilizadas en la percepción subliminal, es la de pasar de una forma rápida una serie de imágenes, una tras otra, con escaso margen para registrarlas en la mente. A veces se aplica de forma tan rápida, que apenas es posible captar conscientemente el mensaje.

Otra técnica, es el uso de ciertos sonidos que pueden impactar en la mente, y pueden estimular los recuerdos y hacer que se asocien ideas determinadas a esa música. Nuestras emociones pueden ser utilizadas para provocar un deseo de respuesta.

otras aplicaciones

Si extrapolamos la utilización de esta ténica al empleo particular, positivo, con el objetivo de manipular nuestra mente inconsciente, descubrimos que es posible modificar gradualmente ciertas creencias y patrones mentales, que nos impiden una mejora en nuestra calidad de vida, y/o dificultan nuestro crecimiento personal.

Puesto que técnicamente el “mensaje subliminal” tiene la capacidad de “limpiar el cerebro” de una persona, el empleo de programas generadores de mensajes subliminales, es altamente aconsejable.

El sonido de baja percepción auditiva (en forma de afirmaciones positivas), llega a los conductos auditivos, y aunque no es captado por nuestra parte consciente, el cerebro si lo capta. Este sonido, puede ser reproducido conjuntamente con cualquier otro sonido, de modo que el segundo, se superponga en cuanto a volumen al primero. Con ello, se consigue alterar el modo en que nos sentimos respecto a nosotros mismos, y la manera en que percibimos el mundo.

En el caso del sentido de la vista (en forma de imágenes o de afirmaciones positivas escritas), la reproducción debe ser rápida, de modo que aunque el cerebro común que controla los sentidos y los sentimientos no pueda captar las imágenes, el ojo si las capte, alterando gradualmente el modo de pensar de la persona.

descargar el programa "subliminal blaster"

INSTRUCCIONES PARA EL USO DEL PROGRAMA: Aunque las carpetas con los distintos contenidos aparecen en inglés, se puede crear una nueva carpeta clicando sobre el botón "add" de la pestaña "Messages", donde tienes la opción de dar a esa nueva carpeta el nombre que desees. A continuación, clicando sobre el botón "edit messages", se abre un documento al que podrás incorporar tus afirmaciones en tu propio idioma.

Puesto que el interés de la programación subliminal radica en que nuestra mente consciente (ego) no tiene la posibilidad de filtrar la información que recibe, es preciso que lo configures de tal manera que los mensajes sean ilegibles (tus ojos no pueden leerlos, pero tu inconsciente sí los capta). Para ello, abre la pestaña "Session Settings", donde aparecen las diferentes opciones de configuración.

Inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos.

El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su célebre libro “Emotional Intelligence”, publicado en 1995.

Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y manejar las relaciones.

Orígenes del concepto

El uso más lejano de un concepto similar al de inteligencia emocional, se remonta a Darwin, que indicó en sus trabajos la importancia de la expresión emocional para la supervivencia y la adaptación. Aunque las definiciones tradicionales de inteligencia, hacen hincapié en los aspectos cognitivos tales como la memoria y la capacidad de resolver problemas, varios influyentes investigadores en el ámbito del estudio de la inteligencia, comienzan a reconocer la importancia de la ausencia de aspectos cognitivos.

Thorndike, en 1920, utilizó el término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas. David Wechsler en 1940, describe la influencia de factores no intelectivos sobre el comportamiento inteligente, y sostiene, además, que nuestros modelos de inteligencia no serán completos hasta que no puedan describir adecuadamente estos factores.

En 1983, Howard Gardner, en su “Teoría de las inteligencias múltiples” (Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences), introdujo la idea de incluir tanto la inteligencia interpersonal (la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas) y la inteligencia intrapersonal (la capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar los sentimientos, temores y motivaciones propios). Para Gardner, los indicadores de inteligencia, como el CI (coeficiente intelectual), no explican plenamente la capacidad cognitiva. Por lo tanto, aunque los nombres dados al concepto han variado, existe una creencia común de que las definiciones tradicionales de inteligencia, no dan una explicación exhaustiva de su características.

El primer uso del término inteligencia emocional generalmente es atribuido a Wayne Payne, citado en su tesis doctoral “Un estudio de las emociones: El desarrollo de la inteligencia emocional”, publicado en 1985. Sin embargo, el término "inteligencia emocional" había aparecido antes en textos de Leuner (1966). Greenspan también presentó en 1989 un modelo de IE, seguido por Salovey y Mayer (1990) y Goleman (1995).

Como resultado del creciente reconocimiento por parte de los profesionales de la importancia y relevancia de las emociones en los resultados del trabajo, la investigación sobre el tema siguió ganando impulso, pero no fue hasta la publicación del célebre libro de Daniel Goleman: “Inteligencia Emocional: ¿Por qué puede importar más que el concepto de cociente intelectual?”, que se convirtió en muy popular.

Un relevante artículo de Nancy Gibbs en la revista Time, en 1995, del libro de Goleman fue el primer medio de comunicación interesado en la IE. Posteriormente, los artículos de la IE comenzaron a aparecer cada vez con mayor frecuencia a través de una amplia gama de entidades académicas y puntos de venta populares.

Aspectos biológicos

Para comprender el gran poder de las emociones sobre la mente pensante —y la causa del frecuente conflicto existente entre los sentimientos y la razón—, debemos considerar la forma en que ha evolucionado el cerebro.

La región más primitiva del cerebro es el tronco encefálico, que regula las funciones vitales básicas, como la respiración o el metabolismo, y lo compartimos con todas aquellas especies que sólo disponen de un rudimentario sistema nervioso. De este cerebro primitivo emergieron los centros emocionales que, millones de años más tarde, dieron lugar al cerebro pensante: el neocórtex. El hecho de que el cerebro emocional sea muy anterior al racional y que éste sea una derivación de aquél, revela con claridad las auténticas relaciones existentes entre el pensamiento y el sentimiento.

El neocórtex permite un aumento de la sutileza y la complejidad de la vida emocional, aunque no gobierna la totalidad de la vida emocional porque, en estos asuntos, delega su cometido en el sistema límbico. Esto es lo que confiere a los centros de la emoción un poder extraordinario para influir en el funcionamiento global del cerebro, incluyendo a los centros del pensamiento.

La amígdala del ser humano es una estructura relativamente grande en comparación con la de nuestros parientes evolutivos, los primates. Existen, en realidad, dos amígdalas que constituyen un conglomerado de estructuras interconectadas en forma de almendra (de ahí su nombre, un término que se deriva del vocablo griego que significa «almendra»), y se hallan encima del tallo encefálico, cerca de la base del anillo limbico, ligeramente desplazadas hacia delante.

El hipocampo y la amígdala fueron dos piezas clave del primitivo «cerebro olfativo» que, a lo largo del proceso evolutivo, terminó dando origen al córtex y posteriormente al neocórtex. La amígdala está especializada en las cuestiones emocionales y en la actualidad se considera como una estructura limbica muy ligada a los procesos del aprendizaje y la memoria. La interrupción de las conexiones existentes entre la amígdala y el resto del cerebro provoca una asombrosa ineptitud para calibrar el significado emocional de los acontecimientos, una condición que a veces se llama «ceguera afectiva».

En la arquitectura cerebral, la amígdala constituye una especie de servicio de vigilancia dispuesto a alertar a los bomberos, la policía y los vecinos ante cualquier señal de alarma.

La naturaleza de la inteligencia emocional

Las características de la llamada inteligencia emocional son: la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás.

Principios de la IE

Recepción: Cualquier cosa que incorporemos a través de nuestros sentidos.

Retención: Corresponde a la memoria, que incluye la retentiva (o capacidad de almacenar información) y el recuerdo (capacidad de acceder a esa información almacenada).

Análisis: Función que incluye el reconocimiento de pautas y el procesamiento de la información.

Emisión: Cualquier forma de comunicación o acto creativo, incluso del pensamiento.

Control: Función requerida a la totalidad de las funciones mentales y físicas.

Medición de la inteligencia emocional y el CI

No existe un test capaz de determinar el «grado de inteligencia emocional», a diferencia de lo que ocurre con los test que miden el cociente intelectual (CI). Jack Block, psicólogo de la universidad de Berkeley, ha utilizado una medida similar a la inteligencia emocional que él denomina «capacidad adaptativa del ego», estableciendo dos tipos teóricamente puros, aunque los rasgos más sobresalientes difieren ligeramente entre mujeres y hombres:
«Los hombres que poseen una elevada inteligencia emocional, suelen ser socialmente equilibrados, extravertidos, alegres, poco predispuestos a la timidez y a rumiar sus preocupaciones. Demuestran estar dotados de una notable capacidad para comprometerse con las causas y las personas, suelen adoptar responsabilidades, mantienen una visión ética de la vida y son afables y cariñosos en sus relaciones. Su vida emocional es rica y apropiada; se sienten, en suma, a gusto consigo mismos, con sus semejantes y con el universo social en el que viven».

«Las mujeres emocionalmente inteligentes tienden a ser enérgicas y a expresar sus sentimientos sin ambages, tienen una visión positiva de sí mismas y para ellas la vida siempre tiene un sentido. Al igual que ocurre con los hombres, suelen ser abiertas y sociables, expresan sus sentimientos adecuadamente (en lugar de entregarse a arranques emocionales de los que posteriormente tengan que lamentarse) y soportan bien la tensión. Su equilibrio social les permite hacer rápidamente nuevas amistades; se sienten lo bastante a gusto consigo mismas como para mostrarse alegres, espontáneas y abiertas a las experiencias sensuales. Y, a diferencia de lo que ocurre con el tipo puro de mujer con un elevado CI, raramente se sienten ansiosas, culpables o se ahogan en sus preocupaciones».

«Los hombres con un elevado CI se caractericen por una amplia gama de intereses y habilidades intelectuales y suelen ser ambiciosos, productivos, predecibles, tenaces y poco dados a reparar en sus propias necesidades. Tienden a ser críticos, condescendientes, aprensivos, inhibidos, a sentirse incómodos con la sexualidad y las experiencias sensoriales en general y son poco expresivos, distantes y emocionalmente fríos y tranquilos».

«La mujer con un elevado CI manifiesta una previsible confianza intelectual, es capaz de expresar claramente sus pensamientos, valora las cuestiones teóricas y presenta un amplio abanico de intereses estéticos e intelectuales. También tiende a ser introspectiva, predispuesta a la ansiedad, a la preocupación y la culpabilidad, y se muestra poco dispuesta a expresar públicamente su enfado (aunque pueda expresarlo de un modo indirecto)».

Estos retratos, obviamente, resultan caricaturescos pues toda persona es el resultado de la combinación entre el CI y la inteligencia emocional, en distintas proporciones, pero ofrecen una visión muy instructiva del tipo de aptitudes específicas que ambas dimensiones pueden aportar al conjunto de cualidades que constituye una persona.

Ámbito de aplicación de la Inteligencia Emocional

Hoy sabemos que la infancia y la adolescencia se caracterizan por su importancia en el desarrollo de la IE, y también sabemos que ésta evoluciona a lo largo de toda la vida. Cuando nos encontramos ante un proceso natural, hablamos de maduración, ya que es el propio individuo el que conoce sus sentimientos, sabe identificar qué le motiva, puede controlarse y encauzar sus esfuerzos para establecer relaciones que le son válidas y mantener redes sociales adecuadas. Si por el contrario, no nos encontramos ante un proceso natural, hablaremos de la necesaidad de programas de aprendizaje y entrenamiento que no sólo son posibles, sino absolutamente necesarios en nuestros días.

La Inteligencia Emocional, se erige como el verdadero diferencial a la hora de establecer un ámbito competitivo, tanto a nivel individual, como colectivo. A pesar de la importancia de los conocimientos, la experiencia y el coeficiente intelectual, son las competencias emocionales, las que determinan los resultados superiores en el ámbito profesional. Cuanto más complejo sea el trabajo, mayor es la importancia de la inteligencia emocional y en la actualidad, no existen trabajos sencillos.

El hecho de que el desarrollo de las habilidades implícitas a la IE se haya convertido en la clave de cualquier campo y sobre todo en el empresarial, se debe a:

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La existencia de modelos de cultura organizacional débiles en los que hay una baja interconexión entre los trabajadores y la misma (falta de identificación).

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Los conflictos entre empleados y líderes a nivel comunicacional y operativo.

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La necesidad de conseguir una motivación real en el trabajo en equipo y en el liderazgo de grupos.

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Los cambios producidos en las relaciones con clientes y la necesidad de diferenciarse mediante servicios.

Ahora estamos preparados para identificar trabas que no incentivan ni promueven la Inteligencia Emocional y que de hecho, se pueden solventar con un buen diagnóstico. En Vivencia y Talento Consultores, hemos identificado algunas de estas “lagunas” o carencias tales como:

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La incomprensión de la importancia del clima emocional en relación a la eficacia laboral.

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La ceguera y escasa búsqueda de nuevas oportunidades para las organizaciones.

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La poca flexibilidad para afrontar desafíos y superar obstáculos.

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La incapacidad para actuar de forma eficaz frente a la presión y de dejar al margen sentimientos como el enojo, la alarma...

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La falta de fiabilidad generadora de confianza.

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La tendencia a desvirtuar el optimismo que permitiría oponer resistencia a los contratiempos y adoptar un enfoque positivo generador de salidas creativas en situaciones de conflicto.

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La incapacidad empática para comprender al cliente, a los empleados e incluso a los propios compañeros de trabajo.

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El escaso aprovechamiento de la diversidad y su sistemática negación para enriquecer las organizaciones.

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La incomprensión de las tendencias económicas, políticas y sociales del momento.

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El mal uso de las estrategias de persuasión.

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La poca proclividad a establecer y fortalecer los vínculos entre las distintas partes de la organización y sus componentes.

Calidad personal y su desarrollo

Calidad es cumplir con los requerimientos establecidos con un mínimo de errores y defectos, a partir de una mejor manera de hacer las cosas, obteniendo así la satisfacción o conformidad esperada, sostenida, y que permita mejoras continuas. Calidad es un grado de excelencia, a nivel personal, empresarial, político, educativo, social, etc.

1- Calidad de vida en el trabajo

En los años cincuenta se generaliza la seguridad industrial como una forma natural de cuidar la salud del capital humano dentro de las empresas, minimizando lesiones, muertes y daños psicológicos, impactando directamente en un aspecto fundamental de la calidad de vida, como lo es la salud y la integridad física, principalmente, a través de una cultura de prevención de accidentes.

Con la introducción en las empresas del concepto de control de calidad en el proceso, más que del producto, en los años setenta surge indirectamente una mejora de calidad de vida del trabajador: Al obrero de la línea de producción le demandaron nuevas responsabilidades que requerían forzosamente algunas habilidades básicas, como el leer, escribir y entender matemáticas. Se le enseñaron nuevos conceptos como el de “hacerlo bien la primera vez”, círculos de calidad, observar el proceso en lugar de sólo inspección del producto y el concepto de excelencia (mejora continua). Las empresas, al proveer esta educación, ayudaron a mejorar sustancialmente la vida del trabajador, no sólo dentro de la empresa, sino también en los aspectos familiar y social.

De lo anterior, el objetivo de este apartado es enfocar la visión hacia el futuro y bosquejar respuestas a las siguientes preguntas: ¿Qué otro elemento de mejora puede impactar significativamente sobre la calidad de vida en las empresas? ¿Qué podemos hacer para propiciar esta mejora? ¿Quién es el que tiene la responsabilidad de iniciar este proceso?, ¿mi jefe?, ¿mi empresa?, ¿el gobierno?, ¿los intelectuales?, ¿o tal vez yo mismo?

Nuestro enfoque hacia la calidad de vida en el trabajo está referido principalmente a la gente que trabaja en una empresa, organización o de manera autónoma. Una empresa puede ser definida como la entidad de personas asociadas con un objetivo determinado. De una forma simple puede ser representada con el esquema siguiente:

En el actuar del individuo dentro de la empresa interactúan tres elementos clave, que de acuerdo al grado de balance en que se desarrollen, conducen al éxito o el fracaso de la persona, y con ello al de la empresa.

  • Habilidades: Hacer, crear, innovar y comunicar algo con eficiencia y eficacia. También es importante el uso de las herramientas y medios adecuados. La habilidad o saber-hacer se consigue normalmente mediante la repetición y la experiencia.
  • Conocimientos: Potencia y desarrolla las habilidades. Representa todo la información que adquirimos durante nuestra vida (técnicas, lenguajes, conceptos, fórmulas, etc.) y que almacenamos en nuestro cerebro.
  • Actitudes: Representan el enfoque personal que le damos a los diferentes hechos que nos suceden. Ellas actúan sobre nuestros estados de ánimo e influyen notablemente en nuestros comportamientos. La actitud permite o no, llevar a la realidad el producto o servicio que es posible generar con el conocimiento y las habilidades existentes.

2- Calidad personal

La calidad personal puede ser definida como la respuesta a las exigencias y expectativas tangibles e intangibles tanto de las otras personas como de las propias, siendo las tangibles todas aquellas expectativas concretas, por ejemplo: tiempo, durabilidad, seguridad, garantía, finanzas, función, etc. Las intangibles se pueden definir como deseos emocionales, como son: actitudes, compromiso, atención, lealtad, credibilidad, comportamiento, etc.” Moller Claus.

Una persona con un buen grado de autoestima, bien alimentada, autorrealizada o en proceso de autorrealización, es decir, consciente de lo que es y de lo que quiere y satisfecha con el camino adaptado para realizarse en la vida, pudiéramos decir que es una persona de calidad.

Cuando existen altos niveles de calidad en las personas que integran una organización se perciben importantes avances positivos, los departamentos producen calidad de acuerdo a los usuarios, la calidad en todas las áreas lleva a una cultura organizacional, las personas que integran la organización mantienen satisfechos a los clientes y a las personas de la comunidad.

Una persona de calidad se sentirá mejor con sus obligaciones, ya sean laborales, familiares, personales, etc. Una persona de calidad logra unificar todas las características y las lleva a cabo íntegramente. Esto ayuda a tener un equilibrio perfecto entre los entornos que lo conforman, es decir, lo psicológico, lo social y lo fisiológico. Por consiguiente, aumenta la productividad, ocasionando óptimos resultados para la persona, para la empresa donde labora y para la familia.

¿Sabemos que queremos?, ¿Qué tenemos que hacer para ser felices, para estar bien?, En primer lugar, debemos identificar nuestras necesidades, habilidades, fortalezas y plantearnos el camino que nos dirija a dónde queremos llegar. Para alcanzar alguna meta propuesta se requiere de acciones. Muchas veces tenemos sueños y son sólo eso hasta que los proponemos como metas y usamos parte de nuestro tiempo y esfuerzo en actividades que las conviertan en realidad

Nuestra salud, desarrollo profesional, felicidad, en fin, los resultados de las metas fijadas, dependen de la claridad de los objetivos que cada quien se trace. Cuando sabemos que queremos, nuestro entusiasmo y vitalidad aumenta; nos sentimos capaces de lograr nuestras metas, gozamos la felicidad de realizarnos, avanzamos, y por lo tanto, nuestra vida nos satisface. La ausencia de objetivos nos puede hacer sentir confundidos, inquietos y desorientados, siendo presa fácil del estrés, la ansiedad y la frustración.

De acuerdo a la información presentada por María Elisa Acosta, en el libro “Un proyecto de vida para directivos”, los objetivos de Calidad Personal se dividen en tres partes importantes, que son:

  • Objetivos de salud y vida
  • Objetivos familiares
  • Objetivos de trabajo o profesionales

3- Desarrollo personal estructurado

El planteamiento de este concepto, reúne algunas ideas de cómo es posible que cada individuo inicie y desarrolle, bajo su propia decisión y responsabilidad, el incremento de su calidad de vida.

a)- Autoconocimiento: El conocimiento del hombre sobre su estado interior le permite generar y/o incrementar en sí mismo valores tales como los laborales: responsabilidad, autonomía, puntualidad, productividad, empeño, constancia, entre otros; que le ayuden a superar las situaciones adversas, tanto en el trabajo como en lo personal, y alcanzar así una óptima calidad de vida.

b)- Autocuestionamiento: Una vez iniciado el proceso de autodiagnóstico, la persona se encuentra en posición de realizar un autocuestionamiento y tomar la decisión de cambio. Los trabajadores y empleados de hoy se deben dar cuenta que, tal como el trabajador de la línea de producción se quedó desempleado al no aprender a leer y a escribir en los setentas, el que no empiece a desarrollar su persona se va a quedar atrás: se debe percatar que para el hombre del nuevo milenio, el desarrollo personal dejará de ser una alternativa para mejorar, convirtiéndose en una cuestión de sobrevivencia.

c)- Aceptación: La aceptación es indispensable para mantener la armonía física, intelectual y espiritual dentro de uno; podríamos definir a la aceptación como un perdón completo e inteligente el cual, dependiendo del origen, se requiere que sea a las circunstancias, a los demás, o a uno de los más importantes: a uno mismo.

El vivir con perturbaciones abiertas, es decir con estados emocionales o mentales que nos generan emociones negativas, es como ir arrastrando una cuerda llena de anzuelos que nos impide avanzar en nuestro desarrollo, ya que no asimilamos la lección a la que fuimos expuestos, y por ende lo más seguro es que la volvamos a tener que recibir, proceso que es llamado "recurrencia".

d)- Aptitud versus actitud: La aptitud es referida a la capacidad de conocimiento y las habilidades de la persona, del trabajador; mientras que la actitud tiene que ver con la forma de pensar y sentir del individuo. Es una postura intelectual, emocional y físico-motriz con la cual se perciben los estímulos y se reacciona a ellos, lo cual modifica sustancialmente su actuación, pudiendo ser de una manera positiva o negativa, según las circunstancias. El objetivo principal es lograr que las actitudes no dependan de las circunstancias, sino de nuestra voluntad.

La aptitud y la actitud se combinan para aplicarse a alguna acción específica en un tiempo determinado. Es importante destacar que aun individuos con un buen nivel de aptitud y con la actitud correcta, no realizan lo que desean alegando la falta de una oportunidad. Y aunque es verdad que las oportunidades en muchas ocasiones son limitadas, podemos considerar que la unidad de oportunidad básica es el tiempo, y éste es el mismo para todos; es decir todos tenemos las mismas 24 horas por día. Sin embargo no todos las usamos de la misma manera.

e)- Pensamiento: De una manera sencilla, podemos definir el pensar como un proceso de generar y contestar preguntas. Este proceso de información puede ser a nivel instintivo, fisiológico, emocional o inteligente. Este último tipo de pensamiento es lo que distingue al hombre de los demás organismos, y es el que nos permite controlar, suprimir y/o intensificar nuestros sentimientos.

Cabe resaltar que la mente no distingue entre lo vivido de lo visualizado intensamente: de aquí parte la importancia de hacia qué enfocamos nuestro pensamiento, ya que las cosas imaginadas, positivas o negativas, pasan a nuestra memoria como referencias “vividas”. Dado esto, es muy importante reforzar esas visiones, ideales o sueños positivos, y la gran diferencia en los resultados al mantener un pensamiento optimista o pesimista, ya que tal como el desaliento promueve la falta de acción y lleva al fracaso, el optimismo genera acciones que llevan a logros exitosos. Podemos resumir diciendo que “lo que no pasa por tu mente, difícilmente pasa por tu vida”, y que esto representa una gran oportunidad utilizado positivamente.

f)- Estados de ánimo y fisiología: La manera en que pensamos altera nuestros sentimientos, y por tanto genera diferentes estados de ánimo. Sin embargo, existe otra fuente también muy útil para afectar positiva o negativamente la manera en que nos sentimos, y ésta es nuestra fisiología.

Si estamos tristes o deprimidos, nuestra fisiología es muy diferente a cuando estamos felices. Básicamente hay tres elementos que participan en esto: ritmo de la respiración, postura y expresión facial.

De esto podemos concluir que así como es importante mantener hábitos de higiene corporal adecuados, también existe una higiene fisiológica que tiene que ver con nuestra respiración, postura y actividad físico-motora, y que se requiere poner atención a una higiene psicológica, a cómo pensamos respecto de nosotros mismos y los demás, lo cual en conjunto afecta la manera en que nos sentimos y, por ende, como actuamos.

g)- Balance: Como elemento final, es muy importante señalar que sólo manteniendo el balance interno del individuo, puede realmente tener un avance sostenible, es decir, en nuestro constante y continuo desarrollo personal, siempre debemos cerciorarnos de mantener un equilibrio de los siguientes elementos:


Algunos autores llaman a esto un balance “bio-psico-social”. Si dejamos de desarrollar cualquiera de estas áreas, no nos estaremos desarrollando adecuadamente, estaremos fuera de balance y sujetos a retroceder a un nivel inferior, en ocasiones inclusive, peor del que se tenía originalmente.

Las emociones

Las emociones nos permiten afrontar situaciones difíciles: el riesgo, las pérdidas irreparables, la persistencia en el logro de un objetivo a pesar de las frustraciones, la relación de pareja, la creación de familia, etc. Cada emoción nos predispone de un modo diferente a la acción; cada una de ellas nos señala una dirección que, en el pasado, permitió resolver adecuadamente los innumerables desafíos a que se ha visto sometida la existencia humana. En este sentido, nuestro bagaje emocional tiene un extraordinario valor de supervivencia y esta importancia se ve confirmada por el hecho de que las emociones han terminado integrándose en el sistema nervioso en forma de tendencias innatas y automáticas de nuestro corazón.

Todas las emociones son, en esencia, impulsos que nos llevan a actuar, programas de reacción automática con los que nos ha dotado la evolución. La misma raíz etimológica de la palabra emoción proviene del verbo latino movere (que significa “moverse”) más el prefijo “e”, significando algo así como (movimiento hacia) y sugiriendo, de ese modo, que en toda emoción hay implícita una tendencia a la acción.

Podemos definir, a manera de estudio, una clasificación de emociones primarias y algunos de los miembros que la conforman:

  • Ira: rabia, enojo, resentimiento, furia, exasperación, indignación, acritud, animosidad, irritabilidad, hostilidad y, en caso extremo, odio y violencia.
  • Tristeza: aflicción, pena, desconsuela, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desaliento, desesperación y, en caso patológico, depresión grave.
  • Miedo: ansiedad, aprensión, temor, preocupación, consternación, inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, angustia, susto, terror y, en caso que sea psicopatológico, fobia y pánico.
  • Alegría: felicidad, gozo, tranquilidad, contento, deleite, diversión, dignidad, placer, estremecimiento, gratificación, satisfacción, euforia, capricho, éxtasis y, en caso extremo, manía.
  • Amor: aceptación, cordialidad, confianza, amabilidad, afinidad, devoción, adoración y enamoramiento.
  • Sorpresa: sobresalto, asombro, desconcierto y admiración.
  • Aversión: desprecio, desagrado, desdén, displicencia, asco, antipatía, disgusto y repugnancia.
  • Vergüenza: culpa, perplejidad, desazón, remordimiento, humillación, pesar y aflicción.

La aparición de nuevos métodos para profundizar en el estudio del cuerpo y del cerebro confirma cada vez con más detalle la forma en que cada emoción predispone al cuerpo a un tipo diferente de respuesta. Con respecto a este tema, el libro “Inteligencia Emocional” de Daniel Goleman, señala lo siguiente:

  • Enojo: Aumenta el flujo sanguíneo a las manos, haciendo más fácil empuñar un arma o golpear a un enemigo; también aumenta el ritmo cardíaco y la tasa de hormonas que, como la adrenalina, generan la cantidad de energía necesaria para acometer acciones vigorosas.
  • Miedo: La sangre se retira del rostro (lo que explica la palidez y la sensación de quedarse frío) y fluye a la musculatura esquelética larga, como las piernas, favoreciendo así la huida. Al mismo tiempo, el cuerpo parece paralizarse, aunque sólo sea un instante, para calibrar, tal vez, si el hecho de ocultarse pudiera ser una respuesta más adecuada. Las conexiones nerviosas de los centros emocionales del cerebro desencadenan también una respuesta hormonal que pone al cuerpo en un estado de alerta general, sumiéndola en la inquietud y predisponiéndolo para la acción, mientras la atención se fija en la amenaza inmediata con el fin de evaluar la respuesta más apropiada.
  • Felicidad: Aumento en la actividad de un centro cerebral que se encarga de inhibir los sentimientos negativos y de aquietar los estados que generan preocupación, al mismo tiempo que aumenta en caudal de energía disponible. En este caso no hay un estado fisiológico especial salvo, quizás, una sensación de tranquilidad que hace que el cuerpo se recupere más rápidamente de la excitación biológica provocada por las emociones perturbadoras. Esta condición proporciona al cuerpo un reposo, un entusiasmo y una disponibilidad para afrontar cualquier tarea que se esté llevando a cabo y fomentar también, de este modo, la consecución de una amplia variedad de objetivos.
  • Amor: Los sentimientos de ternura y la satisfacción sexual activan el sistema nervioso parasimpático (el opuesto fisiológico de la respuesta de “lucha o huida” propia del miedo y de la ira). La pauta de reacción parasimpática, ligada a la respuesta de relajación, engloba un amplio conjunto de reacciones que implican a todo el cuerpo y que dan lugar a un estado de calma y satisfacción que favorece la convivencia.
  • Sorpresa: El arqueo de las cejas que aparecen es estos momentos, aumenta el campo visual y permite que penetre más luz en la retina, o cual nos proporciona más información sobre el acontecimiento inesperado, facilitando así el descubrimiento de lo que realmente ocurre y permitiendo elaborar, en consecuencia, el plan de acción más adecuado.
  • Aversión: El gesto que expresa desagrado parece ser universal y trasmite el mensaje de que algo resulta literal o metafóricamente repulsivo para el gusto o para el olfato. La expresión facial de disgusto, ladeando el labio superior y frunciendo ligeramente la nariz, sugiere, como observaba Darwin, un intento primordial de cerrar las fosas nasales para evitar un olor nauseabundo o para expulsar un alimento tóxico.
  • Tristeza: La principal función consiste en ayudarnos a asimilar una pérdida irreparable (como la muerte de un ser querido o un gran desengaño). La tristeza provoca la disminución de la energía y del entusiasmo por las actividades vitales, especialmente las diversiones y los placeres y, cuando más se profundiza y se acerca a la depresión, más lento de hace el metabolismo corporal. Este encierro introspectivo nos brinda así la oportunidad de llorar una pérdida o una esperanza frustrada, sopesar sus consecuencias y planificar, cuando la energía retorna, un nuevo comienzo. Esta disminución de la energía debe haber mantenido triste y apesadumbrados a los primitivos seres humanos en las proximidades de su hábitat, donde más seguros se encontraban.

En un sentido muy real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental. Una de ellas es la mente racional, la modalidad de comprensión de la que solemos ser conscientes, más despierta, más pensativa, más capaz de ponderar y de reflexionar. El otro tipo de conocimiento, más impulsivo y más poderoso —aunque a veces ilógico—, es la mente emocional (véase el apéndice B para una descripción más detallada de los rasgos característicos de la mente emocional).

La dicotomía entre lo emocional y lo racional se asemeja a la distinción popular existente entre el «corazón» y la «cabeza». Saber que algo es cierto «en nuestro corazón» pertenece a un orden de convicción distinto —de algún modo, un tipo de certeza más profundo— que pensarlo con la mente racional. Existe una proporcionalidad constante entre el control emocional y el control racional sobre la mente ya que, cuanto más intenso es el sentimiento, más dominante llega a ser la mente emocional.., y más ineficaz, en consecuencia, la mente racional. Ésta es una configuración que parece derivarse de la ventaja evolutiva que supuso disponer, durante incontables ocasiones, de emociones e intuiciones que guiaran nuestras respuestas inmediatas frente a aquellas situaciones que ponían en peligro nuestra vida, situaciones en las que detenernos a pensar en la reacción más adecuada podía tener consecuencias francamente desastrosas.

La mayor parte del tiempo, estas dos mentes —la mente emocional y la mente racional— operan en estrecha colaboración, entrelazando sus distintas formas de conocimiento para guiarnos adecuadamente a través del mundo. Habitualmente existe un equilibrio entre la mente emocional y la mente racional, un equilibrio en el que la emoción alimenta y da forma a las operaciones de la mente racional y la mente racional ajusta y a veces censura las entradas procedentes de las emociones. En todo caso, sin embargo, la mente emocional y la mente racional constituyen, como veremos, dos facultades relativamente independientes que reflejan el funcionamiento de circuitos cerebrales distintos aunque interrelacionados. En muchísimas ocasiones, pues, estas dos mentes están exquisitamente coordinadas porque los sentimientos son esenciales para el pensamiento y lo mismo ocurre a la inversa.

Pero, cuando aparecen las pasiones, el equilibrio se rompe y la mente emocional desborda y secuestra a la mente racional.