lunes, 6 de julio de 2009

Sistema de Diseño Humano (SDH)

El Sistema de Diseño Humano no es para creyentes. Es más bien para quienes prefieren disponer de un mapa que les permita orientarse por sí mismos, a tener que seguir, como un acto de fe, las palabras de otros. Es una herramienta práctica de auto-conocimiento, que te permitirá ser tu propio guía en la vida y avanzar afianzado en tu propia autoridad interna.

Este sistema sintetiza un poderoso cuerpo de conocimientos de emergencia relativamente nueva. Es probablemente el primer puente lógico entre lo científico y lo místico. Como síntesis, combina la sabiduría de los sistemas de conocimiento más ancestrales con las ciencias más vanguardistas, proveyendo no solamente un modelo mecánico y un marco empírico para el entendimiento de la naturaleza humana en general, sino también información muy específica acerca de la impronta de diferenciación que distingue a un individuo de otro. Esta impronta revela nuestra predisposición individual en áreas tan importantes como la salud, la sexualidad, el sentido interno de la propia autoridad y autoestima, así como la mitología personal que anima nuestra psique, con todas sus vulnerabilidades y dones naturales.

Es este un cuerpo de conocimientos con aplicaciones prácticas e inmediatas en la propia vida cotidiana, por lo que no es necesario creer en las verdades simples que pone de relieve.

Por el contrario, la constatación personal y empírica de la información recibida potencia el sentimiento de autenticidad en el propio comportamiento, devolviendo el ‘puente de mando’ de la autoridad interna al lugar del que nunca debió haber salido. La experimentación práctica con tu propio diseño personal simplifica tu entendimiento de la naturaleza dual de la propia vida, y te ayuda a restablecer el sentimiento de valor y propósito individual que tan fácilmente se pierde en estos tiempos modernos.

Por ponerlo en palabras de Ra, fundador del Sistema de Diseño Humano: “Este es el comienzo de un experimento que confío sea satisfactorio para todos los que al venir aquí mostráis vuestro interés por los conocimientos del Diseño Humano”.

Más allá de los conocimientos que podáis adquirir a través del estudio de este sistema, el interés principal es el de ofrecer los apoyos necesarios a aquellos que están realmente conectados con el verdadero tema del Diseño Humano; el de experimentar, sobre la base de la propia experiencia en la vida cotidiana, con las verdades simples de estos conocimientos, representadas en las claves mecánicas que ponen a tu disposición.

Una de las cosas acerca de la naturaleza del Diseño Humano es que hay un espectro muy amplio y diverso de campos de información disponibles en esta poderosa síntesis de conocimientos, ya que la humanidad misma es la base a investigar. De modo que la falta de información no será jamás el problema.

Lo importante es que nadie se pierda en esa tremenda diversidad de datos, como si enterarte rápidamente de todos los detalles fuera a llevarte hasta la verdad. Porque no lo hará. Será interesante y entretenido. Será informativo y, de vez en cuando, tendrá un profundo impacto sobre ti, sobre tu modo de ver las cosas, sobre tu manera de sentir la naturaleza, de ser.

Pero la verdadera clave en todo esto eres TU, transformándote a ti mismo. Tú eres el que estás aquí para ser un ejemplo de transformación; un ejemplo vivo de transformación en tu capacidad de funcionar correctamente en la vida siendo tú mismo.

Al entrar en el mundo del Diseño Humano, entras en contacto con una fórmula mecánica muy simple. Tu diseño pertenece a alguno de los 4 Tipos, y cada Tipo tiene su propia estrategia vital. Tienes tu propia fuente de autoridad interna, que es lugar dentro de ti donde tienes la capacidad natural de tomar decisiones fiables. La fiabilidad de tus decisiones se ancla en la aplicación correcta de la estrategia vital de tu Tipo.

A partir del momento en que honras tu autoridad interna, a partir del momento en que funcionas correctamente aplicando la estrategia vital de tu Tipo, tu propia experiencia personal de ‘Vivir tu Diseño’ te dará acceso a la verdad esencial que has venido a buscar aquí. Aquí es donde descubres el privilegio de ser portador de todo el potencial humano que hay en ti.

En tu experiencia personal de ‘Vivir tu Diseño’ encontrarás todas las oportunidades que necesitas para transformar la ‘mentalidad’ mundana de tu No-Ser, con toda la incomodidad psíquica y física que conlleva, en una vida en la que siempre estás dando la bienvenida al potencial de tu propia mitología individual.

Podrás descubrir toda la belleza inherente en el hecho de ser el que ya eres, y comprobarás por ti mismo que es posible transitar la dualidad de la vida sin desgastarse luchando contra las resistencias. Verás que es posible vivir la vida siendo tú mismo, sabiendo cómo ser correcto en el trato con los demás sin dejar nunca de ser fiel a la dignidad innata de tu propio y verdadero ser.”

Oculto en el interior más profundo del ADN de las células de tu cuerpo, reside un código que determina tanto lo que eres como tu modo de asimilar el mundo exterior. Es la impronta original escrita en tus genes que, irrepetible e inconfundiblemente, ha quedado grabada en la estructura diferenciada de tu diseño individual.

Con el descubrimiento del Sistema de Diseño Humano, es ahora posible descifrar el código individual de cualquier ser humano usando solamente la hora, la fecha y el lugar de nacimiento. El resultado gráfico de eso puede ser leído como un manual de instrucciones personalizado, cortado específicamente a la medida de cada individuo.

Para muchos, recibir esta información ha demostrado ser una experiencia que ha transformado completamente su modo de percibirse a sí mismos, permitiéndoles reconocerse como los verdaderos protagonistas de su propia vida que deseaban ser.

¿Qué es y para qué sirve el Diseño humano?

El Sistema de Diseño Humano es una poderosa síntesis de conocimientos que ha sido avalada por experimentos estadísticos que psicólogos y psiquiatras llevaron a cabo en los Estados Unidos. La llegada del Diseño Humano, representa el primer punto de encuentro entre lo místico y lo científico. No es un sistema de creencias, ni tampoco es filosofía. Es una fórmula lógica para el entendimiento de las mecánicas de la vida humana, y cualquiera que esté dispuesto a experimentar con ellas podrá corroborar sus verdades simples en la experiencia de su propia vida.

La combinación de disciplinas antiguas con las ciencias más vanguardistas provee no sólo un marco racional para el entendimiento de la naturaleza humana en general, sino también – y esto es lo más importante – unos conocimientos prácticos muy específicos acerca de la naturaleza individual de las personas, de su salud, de su psicología, de su talento natural, de sus vulnerabilidades y de su autoridad interna, a partir de la cual pueden tomar decisiones fiables en todas las áreas de la vida.

En sus aplicaciones prácticas, el Diseño Humano es un instrumento que instila confianza en aquellos que están dispuestos a experimentar con la información que provee. A través de un lenguaje lógico y preciso, el Diseño Humano desglosa los mecanismos inherentes a cualquier individuo y le ayuda a restablecer el sentido de propósito y significado en su vida, tan frecuentemente olvidado en la actualidad moderna de nuestras vidas. La comprensión de la propia naturaleza a un nivel tan profundo, tiene el poder de eliminar definitivamente el miedo a ser inadecuado, y te permite relajarte completamente en el simple hecho de ser único e irrepetible.

Conocer tu diseño equivale a saber cómo encajas en la diversidad del mundo, y a reconocer el valor de la aportación individual que haces con el solo hecho de existir. Todos somos únicos, y contribuimos igualmente a la totalidad de la que inevitablemente formamos parte.

El Diseño Humano funciona sobre la premisa de que hay una relación directa entre el instante de nuestro nacimiento y la impronta natural que queda grabada en nuestros genes. Venimos al mundo en un instante preciso de la evolución, y aunque esa premisa todavía suene esotérica y extravagante en algunos oídos, lo hacemos en el momento exacto en que el universo nos necesita, y nos necesita tal y como somos para cumplir un propósito individual muy específico. Los descubrimientos científicos más recientes revelan que en el universo nada existe por separado. Si la humanidad fuera el código genético de la Tierra, cada ser humano sería un gen altamente especializado para desarrollar una función imprescindible para el buen desarrollo de la totalidad. Ningún ser humano es una isla, excepto en la ignorancia o en la vanidad.

Con el uso de tecnología informática y un sistema binario de codificación (extraído del I-Ching – el ancestral ‘Libro de las Mutaciones’), los datos de nacimiento son filtrados a través del Mandala Zodiacal. Los números correspondientes a los hexagramas activados son transferidos al Cuerpo Gráfico del Rave, que es un mapa fisiológico del funcionamiento bioquímico (genético) del organismo humano. Del mismo modo que todos tenemos dos ojos, dos pulmones, dos riñones, un cerebro, un corazón, etc, todos tenemos también la misma matriz genética (mecánica / biológica / orgánica), aunque su disposición como conjunto individual sea absolutamente única en cada uno de nosotros.

Una vez transferidos todos los datos, se procede a su análisis mecánico y dual, del cual se derivan conocimientos prácticos que facilitan la comprensión de los propios dilemas internos y provee estrategias prácticas para poder manejarlos creativamente.

La Lectura Individual es el primero y más importante de todos los análisis que se hagan de tu diseño. Debido a lo práctico de su contenido, esta lectura puede cambiar el curso de la vida de una persona. Con un lenguaje lógico y fácil de seguir, el análisis de tu diseño individual es como un ‘Manual de Instrucciones’ personalizado y específicamente cortado a tu medida. Ahí se enmarcan los patrones y las estrategias genéticas más profundamente ancladas en tu naturaleza a lo largo de toda tu vida.

Aunque los patrones sean matizadamente distintos en cada uno de nosotros, caen naturalmente dentro de cuatro categorías, reflejando las cuatro bases de nuestro código genético (ver 4 Tipos). De ese modo, el analista te provee de una estrategia vital desde la que encarar todas las decisiones que tengas que tomar en tu vida. Usada correctamente, esa llave abrirá definitivamente las puertas de tu confianza al comprobar en tu propia experiencia que todo lo que realmente necesitas estuvo siempre disponible en tu propia naturaleza individual, y que era tu propia identificación con los condicionamientos adquiridos lo que no te permitía darte cuenta de ello.

Durante la Lectura Global se explora:

La Definición: Es lo que es fijo y consistente en nuestra naturaleza. Aquello que percibimos como fiable dentro de nosotros, que conforma la base de nuestras características innatas y determina nuestro modo de encarar la vida. La Definición representa siempre los dones innatos para los cuales fuimos diseñados.

El Tipo: Todos pertenecemos a uno de los cuatro tipos posibles en la especie humana. El Tipo determina el modo correcto de entrar en una situación nueva, desde elegir una pareja hasta encontrar un trabajo gratificante.

La Autoridad: Te señala cómo tomar decisiones claras que sean consistentes en todas las áreas de tu vida. Si estás diseñado para las decisiones espontáneas, o si, por el contrario, estás diseñado para la reflexión y la paciencia.

El No-Ser: Es todo aquello hacia lo que más atraído te sientes en tu vida. Es lo que tu mente racional anhela ser que no eres, y determina el modo en que fuiste y eres condicionado por otros para alejarte de tu propia naturaleza innata. Aquí, recogida la memoria, están todas las influencias que recibiste de tu entorno desde el primer día de tu vida. La identificación con esas memorias distorsiona la vida de un individuo hasta hacerse irreconocible para sí mismo.

El análisis de tu diseño restablece tu claridad natural en el modo de enfocar las cosas de tu vida, permitiéndote dejar de percibir como carencia lo que no es más que un potencial, y reconociendo el valor inherente de los atributos que siempre habías dado por sobreentendidos.

Los 4 tipos

Aunque las variedades individuales son prácticamente infinitas, vistos en su conjunto no hay nada más que cuatro tipos de diseño, así como solamente hay cuatro grupos sanguíneos.

Cada uno de esos cuatro tipos tiene un funcionamiento mecánico particular, que le hace encarar la vida de un modo muy distinto a los otros tres, y de un modo muy similar a los de su mismo tipo. Estos tipos se llaman el Manifestador, el Generador, el Proyector y el Reflector.

Los dos primeros son tipos energéticos, los dos últimos son tipos no-energéticos.

Debido a la identificación con su No-ser (condicionamientos adquiridos que distorsionan su potencial), los seres humanos viven la naturaleza innata de su ser de la peor de las maneras.

El manifestador dispone de su energía con autonomía total. Gráficamente, tiene siempre algún centro motor conectado a la garganta, y esto le permite manifestarse siempre por su propia cuenta y riesgo, sin ninguna necesidad real de alcanzar el consenso con los demás. Es un ser que no puede dejarse controlar por nadie. Cuando son niños, no informan ni piden permiso para hacer lo que les apetece, con el consiguiente susto para las personas responsables de ellos, los padres y allegados, que procurarán por todos los medios (castigo y represión) no volver a llevarse un susto semejante.

El niño manifestador se siente tratado con injusticia cuando se le niega irracionalmente el permiso para manifestar los impulsos que nacen en su fuero interno, y se siente reprimido o condenado, sin entender nada de lo que le está ocurriendo. El círculo vicioso de la rabia tiene sus raíces en las personas con una naturaleza de este tipo. Con ese tipo de traumas como bagaje emocional, el manifestador aprende a no pedir nunca más nada a nadie, a no confiar en nadie, y procurará de ese modo que nadie vuelva a tener ninguna oportunidad de negarle nada. Como consecuencia de esto, los que tratan con ellos no se sienten tenidos en cuenta, y viven la autonomía del manifestador como una amenaza, por lo que inevitablemente le oponen resistencia. Esta resistencia justificada es la causa de que la rabia de todos los manifestadores no encuentre nunca un fin.

Cada tipo encuentra en la comprensión de sus mecánicas una forma natural - una estrategia vital - con la que romper el círculo vicioso del programa condicionante adquirido. Si son todavía niños, a los manifestadores hay que enseñarles a pedir permiso, y no denegárselo nunca sin razones objetivas. De ese modo, aprenderán a encauzar su poder personal integrándose con los demás de manera saludable. Si son adultos, es demasiado tarde para enseñarles a pedir permiso, y su estrategia pasa a ser la de informar antes de actuar. Informando, el manifestador elimina las resistencias de los demás, que reconocen la consideración que el manifestador muestra por ellos, y, a la vez, se ahorra los ataques inesperados de rabia porque conoce anticipadamente la postura de los demás. Ahora puede actuar con conocimiento de causa, y no persiguiendo el aplauso ni la aprobación que no recibió cuando era pequeño.

El segundo y el más abundante de los dos tipos energéticos es el generador. Este tipo abarca el 70% de la humanidad, por lo que representa el modelo objetivo de lo que se considera “normal”. El tema de los generadores es la frustración. No se considera normal ni aceptable ir por la calle dando rienda suelta a la rabia que uno lleva en su interior, pero sí que uno se pasee por la calle con algún grado de frustración interna reflejado en su porte.

Como con el manifestador, el sentimiento de frustración de los generadores está arraigado en cómo fueron tratados en los primeros siete años de vida. Para crecer con naturalizad, el niño generador necesita ser informado de todas las opciones que tiene, para que responda a la que más y mejor se ajusta a su naturaleza. La capacidad de respuesta del generador es sacral - ovárica y testicular - y no necesariamente verbalmente articulada como la de un manifestador. Es una respuesta tonal, en forma de gruñido, aullido, gemido, bramido, etc, un sinfín de matices con los que la energía sacral (fuente de vida) asiente o disiente a cualquier propuesta concreta que reciba.

La frustración de los generadores deviene de que, en lugar de preguntarles o proponerles, desde pequeños han sido comandados por otros a ser “como hay que ser”, “normales”, con lo que empiezan pronto la persecución de un ‘ideal humano de segunda mano’, poniendo el listón siempre un poco por encima de sus posibilidades reales en el momento presente. Ese insano afán de superación se convierte en un constante atropello de sí mismos, que lleva a los generadores a vivir en un estricto cumplimiento del deber… para con los demás, con el mundo, privándoles de la oportunidad de darse de bruces con su verdadero sentido innato de la responsabilidad; la capacidad de vivir respondiendo desde su autoridad interna a todo lo que la vida les va trayendo en cada momento.

Para que un generador pueda romper la identificación con esos ideales de segunda mano que le esclavizan, es preciso que sepa renunciar a perseguir los falsos objetivos con los que su propia mente racional intenta seducirlo, por ideales o seductores que estos parezcan, y experimentar con ver venir las oportunidades reales y concretas que la vida va poniendo ante ellos. Desde esa receptividad natural, los generadores tienen la oportunidad de ver las cosas por lo que son, y de responder naturalmente a ellas. Cuando un generador se compromete con algo desde su Centro Sacral (Ovarios y Testículos), ningún obstáculo puede impedir su avance, ni habrá adversidad que le pueda frustrar como para siquiera pensar en tirar la toalla. Su avance es lento e inexorable, como la vida misma. Todos los generadores llevan dentro la semilla de la vida, y nadie debería imponerles nunca el mejor lugar para implantarla, ya que esa es precisamente su especialidad. El generador cuyas características naturales son respetadas es un ser fértil y beneficioso para todo su entorno. Su don innato para perseverar ante la adversidad le convierte en maestro y especialista de aquello a lo que haya dedicado su vida.

Los tipos no-energéticos o materiales tienen el problema opuesto a los otros dos. Los primeros acaban siempre siendo víctimas de su propio poder personal, cuando no saben encauzarlo apropiadamente. El problema del proyector y del reflector no es nunca el poder que tienen, sino el poder del que carecen, que les obliga a buscar la permanencia y la efectividad en los vínculos que establecen con otros. En la dualidad de las cosas, esta es la naturaleza que describimos como ‘dependiente’, pero ellos conocen mejor que nadie el hecho de que, en realidad, lo único real es la interdependencia profunda e inevitable que hay entre todos los seres vivos. A través de estos dos tipos, la especie humana ha llegado a disponer de individuos en los que la inteligencia dirige y encauza la fuerza, y no al revés.

Emocionalmente, el proyector no se enfada ni se frustra, su tema es la amargura y el resentimiento, debido a la falta de reconocimiento con la que ha sido tratado y al sentimiento de víctima con el que se sumerge en el círculo vicioso de su insano afán por ser reconocido por otros. El niño proyector es el que con menor autonomía nace. En los primeros siete años de vida, necesita una atención constante de sus progenitores, y que le muestren y le inviten a las dulzuras del mundo y de la vida. Es, desde niño, un ser delicado e inteligente, consciente de su fragilidad en la interacción y de su necesidad de mantener una relación de armonía con su entorno. Para preservar esa armonía y seguridad que recibe de su entorno social, el proyector construye a su alrededor un tejido social que determina su manera de funcionar en el mundo. Como busca constancia, esa seguridad y “armonía” se torna en un resentimiento que le amarga la sangre, cada vez que alguien sobreentiende o ignora sus atributos naturales, y se siente “obligado” a responder a las demandas materiales de ese entorno.

La amargura de los proyectores no se debe a que no les reconozcan, sino a que les reconozcan por lo que no son atributos naturales suyos, similar a la amargura del dueño de una ferretería en la que la gente solamente entra para preguntar por artículos de otro tipo de comercios.

Para que un proyector no se equivoque a la hora de seleccionar el tejido social que va a configurar su entorno, su estrategia vital es esperar a sentirse formalmente invitado. Es decir, que todo lo nuevo le tiene que llegar de la mano de otros como una invitación formal. Si es una invitación genuina, el proyector siempre se puede sentir libre de aceptarla o declinarla, en función de que en ella se sienta reconocido por lo que es. En un entorno en el que sus atributos naturales reciben un reconocimiento genuino, los proyectores dan siempre lo mejor de sí mismos, cohesionando y coordinando el tejido social en el cual viven integrados, optimizando como observador especializado el despliegue de la fuerza de los manifestadores y generadores.

La estrategia vital para que el proyector pueda romper el círculo vicioso del resentimiento y la amargura pasa por esperar a sentirse invitado (nunca obligado) ante cualquier decisión que necesite tomar. La selección de su profesión, de sus relaciones amorosas, de su lugar de residencia, ha de ser fruto de su respuesta a alguna invitación cursada por quienes reconocen en el proyector sus verdaderos atributos naturales.

El reflector es el más astrológico de los tipos, ya que es el más abierto de los cuatro a todas las influencias que provengan del exterior. Los reflectores no tienen ningún centro definido en sus diseños, y por tanto, la adaptabilidad y la ambigüedad ante el mundo exterior son dos de sus características más obvias. El tema emocional que siempre remite en sus vidas es la desilusión con todo.

Cuando nacieron, los reflectores estaban abiertos a todo, y todo provocaba en ellos el mismo asombro y excitación. A medida que crecieron, el todo se fue dividiendo en más y más partes. El reflector encarna la identidad de nuestras comunidades, siendo el más fiel reflejo de ellas que podamos tener. Lo que no funciona satisfactoriamente en el “nosotros” que forman con la gente que comparte sus vidas, se refleja nítidamente en la vida de los reflectores.

Los tipos no-energéticos necesitan y buscan estabilidad en su entorno social, por lo que las decisiones más importantes que toman en su vida giran en torno a la selección de sus compañeros de viaje. Nadie percibe con tanta nitidez la naturaleza de lo que hay a su alrededor como un reflector. El único requisito previo para que su claridad sea objetiva, es que madure sus decisiones el tiempo suficiente como para filtrarlas en todos los niveles de su vida.

El ciclo lunar de 28 días se repite 13 veces al año con una secuencia fija, convirtiéndose en el referente más sólido del que dispone un reflector para tomar decisiones que respeten la integridad de su individualidad. El libro de las Efemérides Gráficas del Rave sirve de calendario preciso para que el reflector se ubique en cada fase de su ciclo mensual.

Vivir tu diseño

Por primera vez en toda la historia de la evolución humana, existe la posibilidad de acceder a un ‘Manual de Instrucciones’ que es un mapa concreto de la realidad individual con la que cada uno va a tener que aprender a encajar en la siempre dinámica y cambiante diversidad del entorno.

Como síntesis de un análisis individual cortado a su medida, cada ser humano recibe una estrategia vital muy simple que le guía fiable y consistentemente en cualquier momento o circunstancia en que se hace necesario tomar alguna decisión que altere el curso o la estructura de su vida. Sin embargo, la experiencia de encontrarse con el Diseño Humano, y de reconocer los condicionantes con los que uno vivía identificado sin saber exactamente cómo ni por qué, puede causar un impacto tan profundo en algunos seres humanos que les deje inicialmente en un cierto estado de conmoción y de ‘shock’ mentales.

La diferencia que marca el Sistema de Diseño Humano con respecto a cualquier otra forma de auto-conocimiento, es que las verdades simples que pone de relieve no son de naturaleza filosófica ni metafísica, sino que su validez puede ser constatada por cualquier persona que esté dispuesta a experimentar con ellas en su propia vida cotidiana. De ahí que exista un requerimiento formal hacia los analistas profesionales de dar una copia grabada del análisis a sus clientes, para facilitarles la asimilación de los datos y la comprensión clara de su responsabilidad personal a la hora de llevarlos en la práctica. El problema está en que si bien el diagnóstico mecánico es invariablemente certero y la fórmula que debemos aplicar es muy simple, la realidad es que toda la responsabilidad de llevar a la práctica la información recibida recae sobre el propio interesado, lo que no siempre resulta fácil de asimilar.

Dependiendo de la profundidad de su identificación con la mentalidad homogénea y’ costumbrista de su No-Ser, la dificultad para revertir el poder de los condicionamientos puede variar considerablemente de un individuo a otro. Mientras que para algunos, el simple descubrimiento de su estrategia vital les hace reconocer la llave que les abre la puerta a la posibilidad de recuperar el sentido de valor y de propósito con el que un día nacieron, otros se sienten superados por el desafío de tener que aprender por sí mismos a ‘Vivir su Diseño’ temerosos de no saber cómo evitar la tiranía psicológica impuesta por su propia mente racional.

De esa necesidad nació el curso de iniciación y apoyo llamado ‘VIVIR TU DISEÑO’, que es el primero y el más importante de todos los cursos que conforman el cuerpo de conocimientos integrados en la síntesis del Diseño Humano. Este es un curso que puede marcar una diferencia profunda en la percepción que cualquier participante tiene de la vida que está viviendo. Como su nombre indica, este no es un curso donde el participante tenga que esforzarse por aprender nada que no resuene naturalmente con su experiencia personal y privada, sino más bien donde descubre los mecanismos de compensación que le mantienen aferrado a un conjunto de falsos dilemas ‘de segunda mano’ que no tienen nada que ver con su naturaleza individual.

El SDH es una síntesis bio-mecánica que, provista de un lenguaje lógico y revelador, describe con precisión la dualidad implícita en toda experiencia humana de interacción con la diversidad del entorno, por lo que ‘VIVIR TU DISEÑO’ no es nada acerca de lo que teorizar, sino que se trata de aprender a llevar a la práctica la naturaleza mecánica de las fórmulas que uno ha aprendido con su lectura a todas y cada una de las situaciones cotidianas de su vida.

El foco principal de este curso es ayudar a los participantes a convertir su mente racional en un aliado fiel que está dispuesto a colaborar en el experimento de ‘VIVIR SU DISEÑO’, en lugar de ser quien más fácilmente argumenta en contra de lo que naturalmente nos nace, por ser conocedora de todas nuestras supuestas (que no reales) ‘debilidades y carencias’ personales. Este es un curso donde puedes aprender a reconocer las muchas maneras en que tu propia mente racional sabotea tu capacidad de confiar en tu propia autoridad interna, so pretexto de que tus decisiones no se corresponden con la idea que creías tener de ti mismo.

La vida es lo que te ocurre mientras estás encarnado en el cuerpo, y eso es una realidad fisiológica que hace que la mente racional de los seres humanos solamente pueda quedarse estupefacta ante la realidad limitada del único misterio real que existe para nosotros; el misterio humano individual que venimos a representar desde que nacemos.

Ante la realidad existencial de ese misterio, todas las respuestas homogéneas son vanas, e incluso las originales han de ir precedidas de una experiencia de percepción personal y directa, que trascienda los engañosos velos de la razón. El curso ‘VIVIR TU DISEÑO’ está diseñado para ayudar a los participantes a concentrar tanto su energía como su conciencia en su verdadero dilema humano, tal y como emerge de su propia naturaleza interior.

La autoridad en el RAVE

“¿Cómo puedo saber por mí mismo lo que es correcto para mí y lo que no?” Lo primero que debemos reconocer cuando tratamos de la autoridad en un diseño, es que el tema de la autoridad humana funciona como un binario básico. Hay dos tipos de autoridad en los seres humanos: autoridad interna y externa. La autoridad interna se refiere siempre al lugar dentro de tu propio diseño en el que tienes la capacidad de decidir “sí” o “no” con respecto a cualquier cosa de una manera fiable para ti mismo. Al lugar en el que nace el “sí” o “no” fiables de una persona le llamamos autoridad interna. La amplia mayoría de seres humanos tiene acceso a una forma de autoridad interna u otra, con la excepción de dos tipos de personas

Estos dos tipos son las personas de tipo Reflector y aquellas cuya única definición es una definición mental proyectada. Es decir, la definición del Centro de la Cabeza al Ajna, o del Centro Ajna a la Garganta, o de la Cabeza a la Garganta pasando por el Centro Ajna.

La autoridad externa se refiere a la capacidad de ofrecer guía e información a los demás. Todos los centros mentales, todos los centros Ajna, tienen autoridad externa pero no interna. Toda mente humana puede ser de valor para otros, y carecer por completo - en términos de capacidad de decisión - de valor para el propio individuo. Esto no significa que la mente carezca de valor en sí misma, pero dada su inevitable subjetividad, el valor de la mente solo puede ser externo - el mismo tipo de valor que yo comparto aquí con vosotros – y sirve para entendernos a nosotros mismos, para hallarle sentido a la vida, y para saber explicar la esencia de lo que significa existir en el mundo. Es decir, que la función primordial de la mente humana radica en su capacidad de compartir y comunicar eficazmente la información que procesa.

En Diseño Humano, el término de autoridad interna se refiere siempre al lugar en tu propio fuero interno en el que puedes encontrar referencias fiables y consistentes para reconocer las cosas que funcionan y son, por tanto, correctas para ti. Tu fuente de autoridad interna te guía a la hora de tomar las decisiones que son correctas en tu proceso personal. No es lo mismo que tu estrategia. La estrategia del tipo es una herramienta que te ayuda a sintonizar con tu fuente de autoridad interna. La autoridad es una especie de sentido interno, y su configuración varía y es más o menos compleja según el diseño de cada individuo.

En el apartado donde pone “Autoridad” en tu Carta del Rave podría haber cualquiera de los distintos términos que se listan en el gráfico anterior aquí. Para poder explicarte las diferentes fuentes de autoridad interna que alberga la naturaleza humana de un modo que tuvieran valor y significado para ti, tendría que llevarte a través de una formación más profunda acerca de las bases del análisis en el Sistema de Diseño Humano. No obstante, hay una forma de autoridad de la que es preciso hacer mención aparte, porque condiciona severamente la estrategia del tipo y porque es una forma de autoridad interna que marca el proceso del 50% de la población humana; la autoridad emocional.

Si tras tu clave de la “Autoridad” están las palabras ‘Emocional Plexo Solar’, esto significa que tus emociones deben ser tomadas en consideración cada vez que tienes que tomar una decisión.

Es preciso que observes cómo te sientes hacia el asunto sobre el que tienes que decidir, pero también debes tener en cuenta la naturaleza fluctuante de las emociones, y asegurarte de que la claridad de tus sentimientos hacia algo o alguien con lo que te habías comprometido no depende de la mera fluctuación de tus estados de ánimo.

Si tienes autoridad emocional en tu diseño, es porque tienes un sistema emocional que fluctúa dentro de una frecuencia fija, y es preciso que sepas que vas a poder convivir con las consecuencias de tus decisiones al margen del estado de ánimo en que te encuentres en un momento dado. La claridad y la certeza en las decisiones emocionales son cualidades que solamente se adquieren con el paso del tiempo, a medida que aprendes a esperar el transcurso de tu ola emocional antes de tomar ninguna decisión.

No hay nada más importante en la vida de un ser humano que aprender el arte de tomar decisiones correctamente. Cada decisión que tomas tiene un impacto tremendo y determinante sobre el desarrollo de tu vida. Incluso las menos significativas, que parecen carecer de peso, te acaban encerrando en callejones sin salida a medida que se van acumulando.

La mayoría de seres humanos no sabe cómo tomar una decisión correcta para sí mismos. Las circunstancias hacen que se sientan arrastrados hacia distintas direcciones al mismo tiempo. Esto les lleva a sentirse sobrecargados, arrollados por la fuerza de las circunstancias, exhaustos y llenos de estrés.

Las decisiones más importantes son las que tomas con respecto a tu profesión, negocios, familia, salud, finanzas y asuntos del espíritu, que son las que determinan que tu vida se te antoje el cielo o el infierno.

La toma de una decisión correcta es algo que nos atañe a todos de un modo individual, y debe honrar siempre los variados aspectos que conforman la naturaleza individual de una persona. La decisión tomada deja entonces a la persona con el sentimiento de que, aunque sus consecuencias no sean gratas, tampoco serán algo que complique su vida innecesariamente ni se sentirá arrollada o desestabilizada por ellas.

Cuando sabes que la decisión que has tomado es fiable y correcta, entonces no albergas ninguna tensión interna con respecto a esa decisión. Si te puedes sentir cómodo con las decisiones que tomas, entonces te puedes relajar más y más en tu vida. Sabiendo cuándo decir simplemente “no”, te puedes liberar de muchas actividades, compromisos y gente que no son adecuadas para ti. El agotamiento del exceso de compromisos, o del compromiso con las cosas equivocadas, comienza entonces a desaparecer de tu vida.

Si conoces fiablemente tu hora de nacimiento, el Diseño Humano te puede mostrar la estrategia vital de tu tipo, un camino hecho a tu medida, una manera única de acceder a ese conocimiento interior acerca de lo que es correcto para ti y lo que no. Lo hace mostrándote los aspectos definidos y fiables de tu naturaleza, a los que debes prestar atención y respeto si quieres poder tomar la decisión más correcta para ti. Conocer la forma de tu autoridad interna te permite reconocer cuándo tienes claridad suficiente y cuándo necesitas darte más tiempo para madurar las decisiones que tengas que tomar. La estrategia vital que te propone el Diseño Humano es muy fácil de seguir y de llevar a la práctica, al mismo tiempo que presta cuidadosa atención y respeto a tu ser único y a tu complejidad individual como ser humano.

Tu capacidad de confiar en las decisiones que tomas tiene el poder de transformar toda tu vida. Esa es, de hecho, la base de toda transformación y crecimiento personal. Viviendo de acuerdo a la estrategia vital que te corresponde, te mantienes sano y vibrante en la vida, a la vez que no dejas nunca de crecer y evolucionar. Entonces te puedes ir liberando gradualmente de la programación y de las fuerzas externas que te condicionaron negativamente, tanto si proceden de la familia, de la sociedad o de tu lugar de trabajo. Eso te lleva a vivir cada día con más y más armonía interior la naturaleza que inherentemente te corresponde.

El SDH es para los niños

El Diseño Humano presenta una oportunidad inigualable de educar a nuestros hijos en la más básica y trascendente de todas las tareas humanas; cómo aprender a manejarse en todas las situaciones de la vida sin dejar de ser ellos mismos. Es lo mejor que unos padres pueden desear para sus hijos.

Todo lo que tienen que hacer es aprender a reconocer sus atributos de su diferencia individual y tratarlos en consecuencia.

Con el entendimiento básico de las mecánicas humanas que el Diseño Humano pone de relieve, eso es tan fácil de cumplimentar como tratar a los hijos en función de la naturaleza de su Tipo, que es su propia definición natural, enseñándoles a pedir permiso para sus iniciativas si son Manifestadores, o solicitando su disponibilidad y consentimiento si se trata de Generadores, invitándoles a conocer la belleza del mundo si son Proyectores, o dándoles todo el tiempo que necesiten para aclararse acerca de las decisiones que necesiten tomar en el caso de que sean Reflectores.

Es preciso reconocer que no se trata de enseñarles a ser ellos mismos – ese es un impulso que invariablemente les acompaña, a menos que se sientan amenazados – sino de potenciar una capacidad natural con la que ya nacieron – iniciar, responder, esperar a ser reconocidos e invitados - y que es lo único que les va a permitir contrarrestar la fuerza de los elementos condicionantes con los que siempre van a tener que tratar en la vida. En ese sentido, si hay que prestar atención a algo, no es tanto a su capacidad de auto-expresarse, sino a su capacidad de ir asimilando y adaptándose a las experiencias que recogen a través de los centros que están sin definir en el diseño de cada uno, que es donde han nacido vulnerables al entorno.

Cuando una criatura humana aprende a tomar decisiones por sí misma desde pequeñita, la mayoría de los conflictos personales que surgirán después en sus relaciones personales no encontrarán sostén en alguien que sabe reconocer responsablemente las consecuencias de sus propias decisiones.

Con una autoridad interna firmemente arraigada en el propio criterio natural que se deriva de crecer aplicando la Estrategia Vital del propio Tipo, los centros sin definir dejan de convertirse en agentes condicionantes que distorsionan el ser, y se convierten en una fuente de nutrición natural para el intercambio con el entorno (Cultura).

La vida es un proceso mucho más fácil y fluido cuando uno no tiene que gastar sus energías luchando contra uno mismo, ni contra las resistencias naturales que emergen en uno al verse obligado a funcionar con criterios que atentan contra los propios impulsos vitales.

Sin embargo, la ignorancia de las mecánicas nos ha llevado a suponer que el respeto por las figuras de autoridad es algo que hay que inculcar en esos ‘locos bajitos’, siguiendo modelos más arraigados en la tradición (manda siempre el más fuerte) que en el respeto y reconocimiento de la propia autoridad y criterio (manda aquel cuyo criterio demuestra mayor sentido común). De ese modo, no se puede dar ninguna interacción realmente pedagógica entre la autoridad natural del hijo y la de los padres, y la criatura aprenderá a tomar como referente moral para la convivencia lo que no son más que clichés sociales sin ningún arraigo en su propia autoridad natural, que nunca recibió una verdadera oportunidad de ser ejercitada.

No es de extrañar que Ra subraye cada vez que puede que los conocimientos del Diseño Humano son para los niños, ya que son los únicos que aplican su entendimiento natural sin necesidad de cuestionarlo, sin desconfianza hacia sí mismos. Si alguien duda de la autoridad interna y del criterio individual de los niños, no tiene más que hacerle alguna pregunta al niño Generador para oír la claridad y contundencia de su respuesta sacral, o imponer al niño Proyector algo que va contra su natura para conocer la intensidad de sus resistencias.

Sin embargo, una cosa es comprender las mecánicas básicas de tu diseño en un nivel intelectual, y otra muy distinta es llevarlas a la práctica contrarrestando el poder de los condicionantes con los que, como adulto, te has acostumbrado a vivir. El proceso es simple, pero no necesariamente fácil de cumplimentar.

Es imprescindible que los padres estén dispuestos a implicarse en la experimentación con sus propios diseños, ya que representan un factor determinante en las mecánicas de la interacción que van a establecer con sus hijos. Cuanto más familiarizados están los padres con la experiencia individual de vivir su propio diseño, más nutritiva y conscientemente se desarrolla el condicionamiento recíproco que toda interacción humana conlleva en el momento del encuentro entre dos auras únicas y diferenciadas.

Debido a la profunda creatividad con que la vida va diversificando la impronta de diferenciación individual que deja en cada nuevo individuo que nace, lo que son dones naturales de los hijos pueden ser percibidos como extraños o problemáticos en la medida que no concuerdan con ninguno de los clichés y generalizaciones que llevan acumulados en su mente racional.

‘Al principio fue la palabra...’, y luego la palabra se convirtió en cultura, y la cultura nos hizo tan sofisticados que cualquiera es capaz de imaginar un mundo mejor que este que tenemos, pero apenas tenemos ejemplos vivos de cómo disfrutar y vivir en paz con uno mismo siendo la naturaleza del mundo tal y como es. El No-Ser (Cultura) parece haberse apoderado de todo.

Como especie, hace ya muchos miles de años que Cultura nos ‘alejó’ (virtual-mentalmente) de Natura, pero individualmente todos podemos despertar del hipnótico ‘sueño de la razón’, devolviendo la autoridad interna, que gobierna nuestras decisiones, al lugar del que nunca debió de salir, a Natura.

A nadie le resulta tan natural y fácil seguir a Natura como a los niños, al mismo tiempo que permanecen abiertos a lo que otros les puedan enseñar (Cultura), con una inocencia y totalidad de la que ningún adulto vuelve a ser capaz. Nadie se puede beneficiar tanto ni tan directamente del Diseño Humano como los niños, que todavía no han sido condicionados.

No se trata de sobreproteger a los niños, privándoles del ejemplo instructivo que les permite ‘acondicionarse’ al entorno que van a tener que compartir con sus semejantes, sino que se trata de evitar el condicionamiento que atenta - la mayoría de las veces inconscientemente o guiado por las mejores intenciones - contra la naturaleza individual del niño. La ignorancia acerca de cuestiones tan básicas causa estragos en nuestros sistemas educativos.

En el gráfico individual del Diseño Humano podemos ver a Natura siempre representada en los centros definidos (coloreados), mientras que Cultura entra en nosotros a través de los centros que permanecen en blanco. Conocer el diseño de nuestros hijos nos permite ofrecerles la nutrición cultural y las oportunidades precisas que necesitan para su desarrollo individual. Una persona adolescente que se siente respetada en su forma innata de ser, sabe decidir cuáles son las cosas más adecuadas para ella en cuestiones tan básicas como la selección de sus estudios, su carrera profesional y la relación personal que desea mantener con la diversidad del mundo que hay a su alrededor.

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