domingo, 22 de enero de 2012

DATE UNA TREGUA...



Cuando el corazón se canse de sufrir, Y la voluntad de batallar,
Y el alma de esperar…date una tregua.
También las hojas cabecean ante el sopor del sol,
Y la lumbre se hace brasa; y las estrellas se ocultan, y los pájaros se duermen,
Y el paisaje se desvanece.
No pares el motor de tu vida.
Date una tregua, no para desistir sino para reponerte.
No para claudicar… sino para reparar fuerzas.
No para quedarte parado, sino para revisar detrás de tu horizonte
Y empezar a configurarte…
Y a planear detrás de la tregua.
El agobio es un polvo que asfixia, la fatiga una niebla que ciega;
Las tensiones, un estirar que explota, la falta de tiempo un desasosiego
que acelera los contratiempos diarios
pequeños impactos que enervan
cuando se acumula mucho sobre tus nervios y tu resistencia.
Date una tregua
Pero vuelve a crecer, vuelve a cosechar,
Vuelve a luchar, vuelve a la brega diaria
Pero sin sombra en el espíritu, sin flaquezas en el ánimo
Sin desfallecimiento en el corazón.
Si tienes capacidad para el amor, gratitud en el alma,
Voluntad para servir, alcance en la inteligencia…
De ti mismo brotará la recuperación;
Y más allá de las fronteras que vives ahora, verás florecer de nuevo tu vida,
Levantarás de nuevo tu árbol y agigantarse de nuevo tu figura.
Por algunas de esas corrientes volverá a fluir el deseo, las ganas, el impulso;
Llevas dentro el manantial, la fibra,
El motivo que te hará decir: derrumbamiento y derrota: NO
Un esfuerzo y un Dios: SI
Pon tus alas sobre la cabeza pero déjales espacio para remontarse;
pon tus sueños en los pies pero dales un largo recorrido de huellas divinas.
Pon tus ambiciones en la tierra,
Pero mirando al cielo y poniendo la mente en alguna estrella encendida.
Ponte tú en las manos de Dios, date una tregua para nivelarte en Cristo
Y de pronto… encontrarás que la vida tiene muchas bellezas
Y que tú tienes ganas de vivirla!

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